
La presencia de algunas plantas o animales en un sitio determinado puede indicar algunos hechos interesantes y, por eso, se llaman
especies indicadoras. Por ejemplo, si encontramos abundancia de musgos, bromelias y epífitas en un bosque, esto nos puede indicar que en este sitio, la humedad o la lluvia son muy altas. Las plantas jóvenes de drago, chilca, salvión, salvia, yarumo, balso, dorancé, chingalé, surrumbo, gualanday, entre otras, se conocen con el nombre de
pioneras, por ser las primeras especies que aparecen colonizando un terreno después de que este ha sido
deforestado y el bosque ha sido tumbado.
Se llaman
especies nativas aquellas que son propias de un país, y
especies exóticas a las que son originarias de otros países. Muchas especies exóticas han sido introducidas a Colombia con diversos fines: maderas de rápido crecimiento (pino, eucalipto), alimentos (arroz, trigo), ornamentales (claveles).
Hay plantas, como el diente de león, que son
cosmopolitas o de amplia distribución, pues se encuentran en muchos lugares del mundo. Otras especies de plantas y animales sólo se encuentran en un sitio determinado y se conocen con el nombre de
especies endémicas, es decir, sólo existen allí, en ese sitio, y no se encuentran en ningún otro lugar del planeta. El páramo de Chingaza, entre los departamentos de Cundinamarca y Meta, es la casa de ocho especies endémicas de musgos. En el Parque Tatamá, entre los departamentos de Chocó, Risaralda y Valle del Cauca, crecen 58 orquídeas endémicas, y como estos, podríamos citar muchos ejemplos. Conservar el hábitat de estas especies endémicas es muy importante por que si se destruye el lugar donde ellas viven, desaparecen de la tierra.
Las especies de plantas y animales que están en peligro de pronta desaparición se conocen como
especies amenazadas o en
peligro de extinción. De las 260.000 especies de plantas que se estima hay en el mundo, están amenazadas con desaparecer unas 33.047 especies; esta es una cantidad enorme.
Las orquídeas, consideradas el grupo de plantas más diverso de Colombia, tienen tres a cuatro especies extintas, y unas 20 más están seriamente amenazadas por la destrucción del hábitat y su comercialización. Muchas especies maderables, como el comino, el cativo, el sapán, el abarco, el trúntago, entre otras, corren igual suerte, debido a la continua tala de las selvas y a su sobreexplotación.
Se conocen como
especies extintas las especies de plantas y animales que ya desaparecieron. Se conoce como
extinción local, cuando una especie desaparece de una zona determinada. Se conoce como
extinción mundial, cuando una especie desaparece del planeta. De las 260.000 especies de plantas conocidas en el mundo hoy, se sabe o se sospecha de la extinción de 751.
Los abuelos utilizaban muchos de los vegetales que tenían en la finca o en el monte: chachafruto, cidra, borojó, chontaduro, anón, zapote, árbol del pan, masiquía, higuerilla, uchuva, achiote, entre otras. A estas plantas se les está dando de nuevo mucho valor, porque se ha encontrado, gracias a investigaciones, que pueden ser parte de nuestra alimentación o emplearse en nuevos usos medicinales, industriales o comerciales, y, por ello incluso, podrían exportarse. Por esto se conocen como especies
promisorias. Por ejemplo: actualmente se hacen estudios para extraer de la higuerilla un combustible que puede emplearse para los motores. Algunas especies animales, como las guaguas, dantas, sainos, curíes, entre otras, también son consideradas especies promisorias.