Fundación Secretos para contar | Soy un bebé y es la hora de comer

Soy un bebé y es la hora de comer

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La leche materna es la alimentación única que debe recibir un bebé durante sus primeros seis meses de vida. Esta leche cubre perfectamente todas las necesidades nutritivas del niño durante este tiempo, se ajusta de manera perfecta a su sistema digestivo y además calma su sed. Sigue siendo esencial hasta los dos años de edad complementada con otros alimentos.

Entre los muchos otros beneficios de la leche materna están:

Es el alimento más completo y seguro, y aporta todos los nutrientes que el bebe necesita.

Es más económica.
Está siempre lista para tomar.
Protege al niño contra infecciones y alergias.
Amamantar ayuda a disminuir la hemorragia de la madre, ayuda a reducir el exceso de peso después del parto y la posibilidad de que la madre padezca cáncer del seno.
Favorece el vínculo afectivo entre la mamá y el bebé.

La succión frecuente del bebé es el mejor estímulo para que se produzca la leche materna. La madre debe tomar mayor cantidad de líquidos (entre 2 y 4 litros diarios) de lo normal, y recibir una buena alimentación, similar a la de su período de gestación.

Si la madre no puede amamantar a su hijo por una enfermedad u otro impedimento, el niño deberá recibir en reemplazo otra leche, pero es indispensable buscar orientación y asesoría en la institución de salud para hacer este cambio.

Cuidados de la lactancia natural

La gran mayoría de las madres pueden amamantar con éxito a su bebé, y es bueno tener en cuenta algunos aspectos importantes:

El bebé debe tomar el pecho de frente sin torcer la cara, de forma que sus labios queden alrededor de la aréola, permitiendo que introduzca el pezón y gran parte de ésta en su boca.

Vuelva a amamantar al bebé con el pecho con el que terminó de alimentar la vez anterior.

No intercale la leche materna con el tetero: no es bueno mezclar leches, y además confunde al bebé sobre cómo chupar.

En caso de tener que complementar la alimentación del bebé, hágalo siempre después de amamantarlo. Si tiene que salir, puede extraer la leche del seno y guardarla en un envase estéril (hervido en agua) y envolverlo luego en papel aluminio. Así la leche puede durar hasta 8 horas sin meterla a la nevera, o dos días si la guarda en la nevera, y un mes si la congela.

Durante los primeros seis meses del bebé, no es necesario darle agua, soluciones azucaradas ni otros líquidos.