Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
Hermes Trismegisto
Desde niños comprendemos que todo en la vida tiene su opuesto, y que es gracias a los opuestos que podemos deducir la naturaleza de las cosas. Si observamos con cuidado el universo en el que vivimos, nos daremos cuenta de que todo puede entenderse en relación a su contrario: así pasa con el blanco y el negro, la rapidez y la lentitud, la escasez y la abundancia, el calor y el frío, lo grande y lo pequeño. Cada día podemos ver cómo la niebla de la mañana se disipa por el calor del sol, y cómo la oscuridad de la noche es reemplazada por la luz del día.
Paso a paso, cuando nuestra percepción de la realidad se va haciendo más rica y compleja, también se van haciendo más ricos y complejos los contrarios, y vamos encontrando muchos puntos o matices que están en medio. Empezamos a percibir contrarios en la forma de ver las cosas, en las posiciones y actitudes que adoptamos frente a las circunstancias, en las diversas maneras de ver el mundo. Descubrimos que no siempre estamos de acuerdo con los otros, que pensamos de forma distinta, que lo que para unos es claro, para otros es oscuro y para los de más allá es inentendible.
El mundo no es blanco o negro. El mundo es maravillosamente rico, porque en él existen todas las variedades de color y de matices que hay entre el blanco y el negro, además de múltiples maneras de ser, de pensar, de hacer, de sentir, y de acercarnos a la compleja realidad que nos rodea. Si tenemos en cuenta la naturaleza de los opuestos, podremos actuar con más conciencia y compasión con aquellos que actúan de una manera tan diferente a la nuestra.
Con estas ideas en mente, quisimos reflexionar acerca de todas las posiciones o matices que se encuentran entre los contrarios, que son los que nos ayudan a encontrar equilibrio en nuestra existencia. Por lo tanto, este libro es una invitación a reflexionar, a hacernos preguntas, a interrogarnos, a contrastar, a ampliar nuestra visión del mundo a través de la comparación entre nueve opuestos que nos presentan información científica con datos sorprendentes y divertidos acerca de animales, plantas, ecosistemas, formaciones geológicas y fenómenos de la naturaleza. Estos nueve opuestos son una excusa para pensar, para cuestionarnos, para poner a prueba nuestras posiciones.
Este es un libro que puede ser leído de tres maneras. La primera es haciendo una lectura de las introducciones y las preguntas, que son las que nos llevan a la reflexión sobre la naturaleza de algunas cosas que parecen tan opuestas en apariencia; otra, es leer la información científica y datos curiosos sobre algunos contrarios de la naturaleza, que nos invitan a ver el mundo en su infinita diversidad; y por último, podemos leerlo todo completo, pasando de la reflexión a la ciencia, a los datos curiosos y a la filosofía.
Bienvenidos, entonces, al mundo de los contrarios. Bienvenidos al universo de los matices. Bienvenidos al libro de las preguntas, donde todo es relativo y nada es absoluto, donde todo es motivo de reflexión y de asombro.