Voltaire (Francia)
Un pequeño fraile estaba tan habituado a hacer milagros que el abad le prohibió practicar su don. El pequeño fraile acató la orden; pero al ver que un pobre albañil se caía desde un tejado muy alto, titubeó entre el deseo de salvarle la vida y el voto de obediencia. Dispuso que el albañil se quedara congelado en el aire y corrió rápidamente hasta el monasterio para contarle al abad lo que estaba sucediendo. El abad le perdonó el pecado que había cometido al comenzar un milagro sin su permiso, y le permitió acabarlo con tal de que aquello no volviera a repetirse.
(Ilustración: Carolina Bernal C.)