Aunque viven rodeados de depredadores, los suricatos se encargan de no dejarse atrapar fácilmente. Algunos actúan como vigilantes empinándose para detectar mejor a sus enemigos y avisar a los demás. Otros miembros del grupo se dedican a cazar, otros a limpiar a las crías o mimar a los jóvenes. Los más viejos se convierten en maestros que enseñan a los pequeños desde cómo cazar saltamontes hasta cómo quitar el aguijón de los escorpiones.
Cada uno depende de los demás y cada uno trabaja para los demás.
Estos monos aúllan juntos para advertir sobre su presencia a otros monos de la selva, también para atraer a su pareja y ahuyentar a los depredadores. Viven en grupos muy organizados en los que cada individuo es importante para los demás. Suelen hacer todo juntos: cazar, comer, defenderse, atacar y desplazarse. Cuando una cría queda huérfana, otros la adoptan y la integran al grupo.