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Viejos y jóvenes

Viejos y jóvenes

Envejezco aprendiendo cada día muchas cosas nuevas.

Platón

 

Somos seres “hechos” de tiempo. El tiempo es la medida de nuestros días y de nuestra vida, puede ser nuestro aliado y también nuestro enemigo. Nada podemos hacer en contra del paso del tiempo, pero podemos aprender a ser más sabios y más felices con el tiempo.

¿Qué es el tiempo? Es una pregunta verdaderamente difícil de responder pues siempre lo sentimos de manera distinta. Cuando nos quedamos encerrados en algún lugar oscuro sentimos que un solo minuto puede durar una eternidad. Por el contrario, cuando vivimos momentos de gran felicidad, acompañados de amigos, disfrutando de días soleados y chapoteando en el agua, sentimos que el tiempo puede volar muy rápido, y la felicidad que iba a durar toda una semana se esfuma en un segundo.

El tiempo cambia de un momento a otro, y sobre todo, de una edad a otra: cuando somos niños, los días se nos hacen larguísimos, y se necesitan muchos días y muchas noches para que volvamos a cumplir años; pero mientras más edad tenemos, los años se nos pasan cada vez más rápido. ¿Hasta cuándo somos niños? ¿Cuándo empezamos a ser viejos?

Hace apenas un siglo la vida de los seres humanos duraba en promedio unos 40 años; hoy en día es superior a los 80. Algunos científicos creen que dentro de poco tiempo viviremos más de 100 años. ¿Cómo sentiremos en el futuro el paso del tiempo?

Sería interesante poder preguntarle a algunas criaturas que viven muchos más años que nosotros cómo sienten ellas el paso del tiempo. Podríamos preguntar a ciertas especies de tortugas que alcanzan los 200 años o a los pinos longevos, unos árboles que pueden llegar a vivir más de 4.000 años ¿qué alcanzan a sentir, a hacer y a pensar durante un tiempo tan largo?

¿Cómo será el paso del tiempo para otras criaturas cuya vida no se mide en años sino en días? ¿Será terrible o magnífico vivir solo un par de semanas como lo hacen las plantas efímeras que crecen en el desierto de Atacama?

Todos en la Tierra tenemos un tiempo para vivir, más largo el de unos y más corto el de otros, y no se puede afirmar que un tiempo es mejor que el otro. Lo que sí importa es que cada uno viva a plenitud el tiempo que le ha sido dado, así dure una semana o un siglo.

El planeta Tierra existe hace más de 4.500 millones de años, y según los científicos, la vida en él durará unos 3.500 millones de años más, hasta cuando el Sol se expanda y se convierta en una estrella gigante roja, cuyo calor hará que se evapore toda el agua de este planeta. Mientras esto sucede, tendremos tiempo suficiente para hacernos muchas más preguntas sobre el tiempo.

 

El pino longevo vive muchos años

Estos pinos son los seres vivos más viejos del planeta. Se descubrió que uno de ellos, ubicado en el Bosque Nacional Inyo, en California, Estados Unidos, alcanzó los 4.847 años de edad.

Estos árboles son como un libro de historia escrito en madera, pues en los anillos de su tronco se puede observar el número de años que han vivido, y la información sobre sequías, inviernos, incendios y plagas que han padecido. Su aspecto retorcido revela la dura vida que han llevado en las altas montañas a más de 3.000 metros de altura, donde en invierno hay constantes tormentas de nieve y soplan vientos helados; y en verano calienta un sol insoportable y el agua es muy escasa. Al parecer, es esa adversidad del ambiente lo que los hace tan longevos.

Las flores efímeras viven muy poco

El desierto de Atacama, en Chile, es el lugar más seco del planeta, pero cuando llueve se convierte en un alucinante tapete de muchos colores. Son los colores de miles de flores efímeras, que han despertado del sueño en que vivieron durante mucho tiempo en forma de semillas, y ahora florecen para pintar el desierto durante unas pocas semanas.

La mayoría de plantas con flor nacen de una semilla, y desarrollan hojas, tallos, raíces y flores. A diferencia de ellas, las plantas efímeras son capaces de culminar ese complejo ciclo en cuestión de días. Es como si adelantaran su reloj biológico para acelerar sus procesos vitales. ¿Te imaginas pasar de niño a adulto y tener hijos en solo dos semanas? Esto es lo que les ocurre a estas maravillosas plantas.

 

La tortuga galápagos tiene una larga vida

Las tortugas galápagos pueden llegar a vivir más de 150 años, y son los animales vertebrados más longevos que existen en el planeta.

Es posible que tan larga vida se deba a su lento metabolismo, que las lleva a dedicar la mayor parte de su existencia a comer de manera lenta su dieta de hierbas y hojas, a echarse a la sombra de un árbol a ver pasar el tiempo y a dormir 16 horas seguidas. ¿Cuál afán? Ellas acumulan en su cuerpo suficiente agua y nutrientes como para poder vivir más de un año sin comer ni beber. Ojalá vivan por miles de años más.

Los insectos efímeros tienen muy corta vida

Son insectos cuya vida como adultos es corta, pues solo viven un día, y algunos solo cinco minutos. Cuando llegan a la vida adulta emergen del agua, despliegan sus alas y vuelan en busca de otros efímeros, y se aparean durante el único día que dura su vida, para luego depositar los huevos fertilizados en el agua y caer muertos.

Viven muy poco, pero la estrategia que tienen como especie es muy exitosa: existían antes de que aparecieran los dinosaurios, y han sobrevivido en la Tierra por millones de años.

 

La hormiga arriera reina vive mucho tiempo

La reina es el ser más grande del hormiguero, y llega a vivir hasta 25 años, mil veces más que las hormigas obreras y unas cien veces más que la mayoría de los insectos. Durante su larga vida permanecen encerradas en una cámara en el interior del hormiguero, poniendo huevos de los que nacerán todos los miembros de la colonia.

Al poco tiempo de nacer, las hormigas reinas salen de su hormiguero natal y emprenden un vuelo en búsqueda de su pareja (los zánganos). Luego de aparearse, la reina pierde sus alas y empieza a escarbar afanosamente para hacer una cámara subterránea y fundar una nueva colonia.

La hormiga arriera obrera vive muy poco

Estas hormigas, a diferencia de su reina que puede vivir hasta 25 años, no viven más de cuatro meses. Durante su vida casi nunca se quedan quietas, pues son incansables y realizan numerosas tareas, como recolectar el alimento, reparar los daños y explorar territorios. Estas tareas las hacen en medio de la lluvia y el sol abrasador, también de las enfermedades y los depredadores que abundan. Por esta razón, es muy poco probable que una hormiga obrera viva por más de cuatro meses.

Estas hormigas deben su nombre a su habilidad para cargar en sus mandíbulas el alimento para llevar al hormiguero. Entre todas son capaces de quitarle las hojas a un árbol grande en pocos días, y luego las utilizan para cultivar un hongo que es su alimento básico.

 

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Ilustraciones: Carolina Bernal C.

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