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Uribí, la madrina de las palabras         

Uribí, la madrina de las palabras         

Maria del Pilar Quintero (Venezuela)

 

Por los caminos del universo, de estrella en estrella, viaja Uribí, la madrina de las palabras. Uribí siempre está muy atareada. Viaja en una estrella fugaz por el espacio celeste, para entregar su semilla a los niños que se preparan para viajar a la tierra y nacer.

Cuando los niños llegan a la tierra traen la semilla de las palabras. Los padres, hermanos, tíos, abuelos y amigos, se la ayudan a cultivar con voces, leyendas, juegos, cantos y cuentos.

Por el mundo las semillas de las palabras germinan con los rayos del sol, el viento, el agua, el calor de la tierra y el amor de la gente. Así surgen las diferentes lenguas que hablan los hombres. Pero todas vienen de las semillas del canasto de Uribí.

A veces, la madrina de las palabras está tan ocupada entregando las semillas a tantos niños que van a nacer, que no llega a tiempo y un niño viene a la tierra sin la semilla. Entonces, nosotros le damos con amor y paciencia, los frutos del lenguaje que tenemos: señas, voces, dibujos, pantomimas, juegos, danzas, cantos, para que pueda conversar y ser feliz. Así la madrina de las palabras no estará triste y acongojada por no haber llegado a tiempo.

Una noche mientras Uribí dormía acurrucadita en una estrella, descansando de un largo viaje celeste, un loro le robó una semilla y la repartió entre sus amigos: un perico, una cotorra y una guacamaya. Por eso, ellos también hablan, pero sólo un poquito, porque nada más les tocó un pedacito de semilla a cada uno.

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