· Cepillarnos los dientes correctamente después de cada comida con cepillo y crema dental con flúor, y utilizar un cepillo del tamaño adecuado para la boca.
· No compartir el cepillo y cambiarlo cuando lo veamos desgastado.
· Aplicar la cantidad correcta de crema dental al cepillo, según la edad: para menores de un año, el tamaño de un grano de arroz. A partir de los tres años, debe ser del tamaño de una arveja.
· Utilizar seda dental para eliminar los restos de comida de las zonas donde el cepillo no alcanza y favorecer, así, la salud de nuestras encías.
· Cepillarnos suavemente la lengua de atrás para adelante una vez al día.
· Revisarnos la boca con frecuencia para identificar cambios.
· Controlar el consumo de alimentos dulces y pegajosos, como gomitas, frunas y chicles.
· Visitar al odontólogo cada año.
· Durante el embarazo, por ser una época de grandes cambios, la madre debe cuidar con más atención su boca y visitar al odontólogo para prevenir la inflamación de las encías.
Perforar los labios y la lengua con instrumentos caseros para poner aretes y otros elementos decorativos puede producirnos infecciones graves o parálisis de nervios.