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Esguinces o torceduras

Esguinces o torceduras

Una torcedura o esguince puede ser muy traicionero, y mal cuidado puede dejar dañado el tobillo o la rodilla de por vida. Genera mucho dolor y el sitio que más frecuentemente afecta es el tobillo. Ocurre cuando las articulaciones (coyunturas) se doblan hacia la derecha o hacia la izquierda o se rotan produciendo un estiramiento forzado de los ligamentos, y si es muy fuerte, el ligamento puede llegar a romperse.

 

¿Cómo identificar un esguince o torcedura?

De forma inmediata, habrá intenso dolor. La parte afectada (generalmente el tobillo) puede hincharse, enrojecerse, sentirse caliente; y la persona puede tener dificultad para apoyar o hacer ciertos movimientos. Con el paso de las horas y los días, la zona de color rojo se vuelve morada, luego amarilla y después verde, hasta que desaparece.

 

¿Qué hacer?

Para reducir la hinchazón es importante que elevemos la parte afectada, la dejemos quieta e inmovilizada.

Podemos utilizar agua muy fría, hielo o elementos del congelador para aplicar sobre el área de la torcedura. Antes de hacerlo, cubrimos la piel con una tela para evitar que el frío la queme (Imagen 1). Utilicemos esta técnica el mismo día de la lesión durante el tiempo que el paciente la tolere y repitamos varias veces al día. Durante los siguientes días, podemos aplicar paños de agua tibia y repetir el procedimiento cuantas veces sea necesario.

El enfermo debe guardar reposo por varios días. Luego podrá apoyar la extremidad y usar la parte afectada sin aplicar fuerza o cargas, siempre y cuando no sienta demasiado dolor. En caso de que no mejore, debemos acudir al centro de salud, evitando que apoye y mueva la parte afectada.

 

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