La noche es una enorme transparencia. ¿Por qué? Cuando el Sol se va, ya no hay rayos de luz que viajen hasta la atmósfera, se dispersen y bañen el cielo de azules en el día o de anaranjados al atardecer. La noche queda sin ningún color, es decir, transparente. Esa transparencia nos permite observar y disfrutar del universo. En la oscuridad del campo vemos más fácil ese reguero de puntos luminosos. Muchos son estrellas que, si pudiéramos contarlas en una noche, serían cerca de 6.000. Otros puntos más brillantes y cercanos son los planetas. Sobresalen Venus y Mercurio, conocidos también como luceros de la mañana o matutinos, cuando los vemos en el amanecer, o luceros de la tarde o vespertinos, cuando los vemos al atardecer.
Ilustración: María Luisa Isaza
“No salga al sereno que se enferma”, hemos oído decir durante años. ¿Qué es el sereno? Es una corriente de aire frío y húmedo que aparece al final del atardecer, acompañando la llegada de la noche. Esta corriente fría se produce en una zona de la Tierra llamada Ter-minador, que es la frontera que divide la zona de la Tierra que está de día de la zona de la Tierra que está de noche. En la zona que está iluminada por el Sol los vientos son cálidos, y en la que está de noche los vientos son más fríos. De ahí surge el llamado sereno.
Son fenómenos luminosos producidos por rocas que se queman al entrar a la atmósfera. Se les conoce como estrellas fugaces, pero realmente no son estrellas, sino rocas que pueden ser tan pequeñas como un grano de arroz. Hay lluvias de meteoros. Una de las más llamativas, de hasta 120 meteoros por hora, ocurre cada año entre el 7 y el 17 de diciembre, en especial el día 13.
Son vehículos hechos por el hombre que vemos como puntos que se mueven por el cielo a grandes velocidades y que orbitan, o se mueven, alrededor de la Tierra. El más grande de ellos es la Estación Espacial Internacional, un laboratorio en el espacio que tiene el tamaño de una cancha de fútbol y en el que han permanecido hasta seis astronautas simultáneamente.
Son cuerpos de roca y hielo que, al pasar cerca del Sol, se evaporan dejando una huella o cola de vapor. Este fenómeno se conoce como sublimación, y en ocasiones puede verse desde la Tierra durante varios días.
Ilustración: María Luisa Isaza
Disfrutamos mejor del cielo si está despejado, sin nubes, y si lo miramos alejados de bombillos o lámparas. Con el exceso de luz en los pueblos y ciudades, las partículas de polvo de la atmósfera brillan, las nubes se ven amarillas y perdemos visibilidad del cielo.Para reducir esta contaminación podemos apagar las luces innecesarias y dirigir los reflectores hacia el suelo. Esto ayuda a que la noche sea más oscura y permite, no solo ver estrellas, sino también garantizar el bienestar de los animales.