En el aire cada vez flotan más partículas que contaminan la atmósfera. El humo en las capas altas forma un techo que impide la salida del calor del Sol, ocasionando el efecto invernadero, que calienta el planeta y altera los climas.
Otro efecto nocivo de la contaminación del aire es la destrucción de la capa superior de la atmósfera, llamada de ozono, cuya función es protegernos de las radiaciones ultravioletas del Sol, causantes de cáncer en la piel.