Son organismos formados por una sola célula; las bacterias se encuentran en todas partes, pero son tan pequeñas, que para verlas se necesita la ayuda de un microscopio.
Hay muchas clases de bacterias. Muchas viven en el suelo y son descomponedoras de materia orgánica. Algunas viven en el estómago del ganado y allí descomponen el pasto que estos animales se comen y lo convierten en nutrientes. Otras descomponen la leche y, por eso, el hombre aprendió a utilizarlas para elaborar kumis y yogur. Algunas son parásitas y patógenas, causando enfermedades como la caries dental, la neumonía, la tuberculosis, la lepra, la sífilis, el tétano, entre otras. Ciertas bacterias son capaces de vivir sin oxígeno, como las que habitan en alcantarillados y pantanos produciendo gas metano y las que viven en el tubo digestivo de animales. Las archaebacterias viven en ambientes extremos: salados, muy calientes (110 °C), o ácidos y en el hielo de los polos.