Cuando la semilla cae en una zona adecuada que tiene suficiente cantidad de luz, humedad y nutrientes, ‘se despierta’ y comienza el proceso de germinación que da origen a una nueva planta. En primer lugar, los cotiledones se hinchan, porque se cargan de agua, luego sale la raíz y, finalmente, las primeras hojas. El tiempo que esto dura se llama ‘tiempo de germinación’ y es diferente para cada especie. La lechuga, el mungo y la lenteja germinan en pocos días, pero otras plantas, como la palma de cera y el culefierro, se demoran meses y a veces, varios años para germinar.
El tiempo que una semilla puede permanecer viva, en estado latente, sin germinar, pero conservando la posibilidad de activarse y despertar, varía según la especie. Esto se conoce como viabilidad. Semillas como la del chachafruto y el sauce tienen muy corta viabilidad y mueren muy pronto si no encuentran las condiciones óptimas para germinar. Otras semillas, como las de muchas plantas del desierto, pueden permanecer ‘dormidas’ durante varios años, hasta que caigan algunas lluvias y encuentren la humedad que necesitan para nacer.
En el cuadro siguiente están los nombres vulgares y científicos de algunos árboles nativos, y el tiempo de germinación de sus semillas: