Que tanto en una llave de agua abierta como en una camiseta podemos entender los flujos o movimientos: los del agua cuando cae y los de los hilos cuando se tejen.
Cuando abres una llave, vemos que un chorro es un tejido de hilos de agua que se pueden mover de dos maneras. Si el movimiento es ordenado se llama flujo laminar, que viene de lámina. Si el movimiento es desordenado se llama flujo turbulento y lo vemos en el agua que sale disparada en varias direcciones, cuando las tuberías tienen aire.
Las camisetas están hechas de telas, láminas que tienen miles de hilos cruzados perfectamente. Un tejido ordenado se asemeja a un flujo laminar. Esto lo vemos en las camisetas corrientes de algodón. Pero cuando hay un tejido disparejo y los hilos se combinan en varias direcciones ocurre algo similar a un movimiento caótico o flujo turbulento.
En el aceite que cae de un frasco, la pintura, o el agua de una manguera. Estas salen casi siempre en hilos perfectos, flujos ordenados o laminares. Un arroyo que corre torrentoso es un flujo turbulento, irregular.
Hoy se hacen cortinas de agua, láminas que, como si fueran telas o paredes, sirven para proyectar imágenes.
De las manos o máquinas de hilar salen hilos tejidos, de las llaves sale agua tejida.