En nuestra relación con la naturaleza dependemos del Sol y de la Luna. La Tierra gira sobre sí misma y gira alrededor del Sol, y estos movimientos hacen que percibamos el discurrir del tiempo que medimos en minutos, horas, días, meses y años.
La Luna, a su vez, gira alrededor de la Tierra y su presencia, su gravedad, tiene gran influencia sobre las aguas porque hace levantar las mareas y que la savia suba por el interior de las plantas cuando se alinea con el Sol. El ciclo de la Luna dura 28 días y cada una de sus cuatro fases dura siete días.
Luna completamente iluminada y noches frías. Alineada con el Sol, atrae el agua de las plantas.
No es tiempo de podar ni de trasplantar.
Mejor, para sembrar, dos días antes de Luna llena.
La Luna llena se oscurece de abajo hacia arriba. La medialuna con las puntas hacia abajo. En ángulo con el Sol, la atracción sobre las aguas se contrarresta.
Tiempo de podar, trasplantar, injertar, cortar madera y sembrar zanahoria, papa, yuca, lechuga y repollo.
No se ve, pero por estar alineada con el Sol, sus efectos sobre las aguas son los mismos de la Luna llena.
No es buena para podar, pero sí para trasplantar y sembrar plantas que dan granos como maíz, avena, trigo y cebada.
La Luna oscura se ilumina de abajo hacia arriba. La medialuna con las puntas hacia arriba. Alineada con el Sol, atrae el agua en las plantas.
No es tiempo de podar ni de cortar madera, per sí de sembrar plantas que crecen altas y dan frutos, como tomates, fríjoles y arvejas.