La vida de cada uno es como una madeja de hilos que se desenvuelven, que se entretejen con los hilos de otras vidas para formar nuevos y diversos y maravillosos tejidos.
Cada nueva relación que tejemos está anudada por muchos hilos, y la fortaleza y la belleza de ese tejido depende de los hilos que utilicemos.
Con hilos de tolerancia y respeto formamos un tejido solidario que nos permite construir alrededor un mundo que viva en armonía y en donde haya justicia.
Con hilos de confianza y apoyo se teje una red de compromisos que nos une de manera estrecha y firme a los amigos.
Con hilos de ternura y comprensión hacemos un tejido suave y amable que nos protege, con la calidez del afecto de las personas que más queremos.
Con hilos de pasión y deseo se trenza ese tejido único y maravilloso que nos permite compartir momentos con alguien más allá de nuestros sueños.
Así, cada hilo le va dando un valor y una riqueza única y especial a cada puntada que hacemos para tejer nuestra red de vínculos y relaciones.
Así vamos por la vida, siguiendo los hilos de nuestros destinos, tejiendo y destejiendo, solos y acompañados, amando y siendo amados.