Sócrates es uno de los personajes más fascinantes de la historia. Tenía por costumbre ir por las calles dialogando con los jóvenes y creía que las ideas estaban dormidas, y que solo podían despertarse con preguntas. Criticaba a quienes presumían tener la verdad. Solía decir “solo sé que nada sé”, para expresar lo absurdo que es pretender saber algo con certeza sin haber dudado antes. Esta actitud causó molestias entre los dirigentes de la ciudad, y le dieron a escoger, en castigo, el destierro o la cicuta, un veneno mortal.
Sócrates prefirió la cicuta. A pesar de haber muerto, Sócrates sobrevivió gracias a los escritos de Platón, uno de sus discípulos, y es por esto que sus enseñanzas y reflexiones siguen vivas miles de años después.