Raúl Sánchez Acosta
—¿A dónde vas, Cocuyo, mi buen amigo?
—A prestarle a la noche mi farolito.
—Y tú, ¿qué andas haciendo compadre Grillo?
—Ensayaba un concierto para un amigo, pero la partitura se me ha perdido.
—Te ayudaré a buscarla muy complacido entre el húmedo musgo del caminito.
Y se van de la mano Cocuyo y Grillo, a través de la noche negra de frío.