Hoy celebramos el día nacional de los arrecifes de coral, un ecosistema vital para la vida de todos los seres vivos que habitamos el planeta Tierra.
Los corales viven en mares cálidos como los nuestros y cerca de la tierra. El coral es un superorganismo formado por miles de animales diminutos, llamados pólipos, que se reúnen en inmensas colonias formando un bello paisaje, llamado arrecife de coral. Cada pólipo tiene un cuerpo tubular, y uno de sus extremos está unido al fondo del mar, a las rocas o a otro pólipo, y el extremo opuesto es una boca rodeada con tentáculos urticantes que sirve para atrapar a las presas. Estos organismos están vinculados de tal modo, que el alimento ingerido por uno de ellos puede ser compartido con los demás. Los corales producen carbonato de calcio, que forma un esqueleto duro con apariencia de roca que protege a toda la colonia; tienen colores brillantes, debido a la presencia de algas que viven asociadas a ellos y que son la mayor parte del alimento que consumen. Un arrecife de coral es la casa de más de 100.000 especies de animales como estrellas de mar, erizos, tortugas y peces como el cirujano azul, el pez mariposa, y el pez ángel de piedra. En algunas áreas poco profundas del Atlántico existen praderas de pastos marinos. Estos ecosistemas son muy importantes porque disminuyen la fuerza de las olas, capturan sedimentos y proveen de alimento y refugio a muchos animales. De los pastos de las praderas se alimentan el manatí y la tortuga verde, y entre ellos nadan muchos peces, como sábalos, pargos, mojarras, jureles, lisas y meros. Aquí crecen las crías de los camarones rosados y las langostas, que son fuente de alimento para muchas comunidades.
Explora la lectura relacionada: Mares y océanos