El pasado 20 de octubre se entregaron los Premios Nacionales de la Fundación Alejandro Ángel Escobar (FAAE), considerados como el más alto galardón científico del país, no solo por la excelencia de quienes los han recibido, sino por el rigor de los jurados encargados de adjudicarlos.
Estos premios reconocen el trabajo de investigación en áreas como medioambiente, ciencias humanas, solidaridad y ciencias básicas. Para su fundador, las instituciones reconocidas deben tener trabajos que merecen una nota de excelente: “No es mi deseo que se premie al menos malo, sino al muy bueno”. (Fragmento del testamento de Don Alejandro Ángel Escobar, 1953.)
Por ello, en su sexagésima sexta entrega de galardones, nos llena de orgullo recibir este premio en su categoría Solidaridad, que reconoce, en palabras de Soraya Montoya (miembro del Jurado en 2008), “a las organizaciones o programas que, de manera innovadora, eficiente y dejando aprendizajes susceptibles de ser replicados por otras organizaciones, generan capacidades en las personas y comunidades, logrando cambios significativos en sus condiciones de vida.”
Para nosotros, este reconocimiento es una motivación para seguir recorriendo carreteras, ríos y montañas, para llegar a los hogares rurales e inspirarlos con contenidos que aporten a la calidad de vida en el campo.
