Promoción de lectura
El programa de Promoción de lectura, es una invitación a leer, a jugar con las palabras y a querer el conocimiento a partir de una serie de talleres, estrategias lúdicas y libros, creados especialmente para la familia rural.
Nuestros contenidos llevan un proceso riguroso que asegura un producto final de calidad, pertinente, de fácil comprensión y agradable a la vista, que permanecerá en todos los hogares y escuelas rurales como una invitación a seguir leyendo y aprendiendo todos los días.
Después de dos décadas de trabajar en el campo, Secretos para contar se ha convertido en un importante referente cultural y educativo de los niños, jóvenes y adultos del campo antioqueño.
¿Qué has escondido? ―preguntó el pájaro.
―Es mi secreto. No lo diré jamás.
―Pero los secretos escondidos crecen demasiado
y se vuelven difíciles de guardar. ¡Los secretos son para contar!
Misión
Compartir libros, talleres, contenidos y experiencias que motiven a familias y maestros rurales a integrarse armónicamente a la vida, por medio de estrategias de promoción y disfrute de la lectura.
Objetivos
1
Promover la lectura en los habitantes del campo para sembrar hábitos que contribuyan al mejoramiento de su calidad de vida.
2
Crear, producir y distribuir una biblioteca pensada especialmente para las familias rurales, con temas y contenidos que fortalezcan las habilidades personales y la unión comunitaria
3
Hacer de la lectura un medio de reunión familiar e interacción entre generaciones.
4
Brindar herramientas pedagógicas para el trabajo escolar.
Un poco de historia
Había una vez un abuelo que amaba caminar por el campo. Cuando lo hacía, parecía conversar con los samanes, los cedros y los piñones, a los cuales limpiaba de chamizos. Admiraba cada cosa que veía: un árbol de mango criollo de 50 años de edad, los guayabos rebosantes de frutas, un piñón florecido de orejas, el perfil de una montaña, la algarabía de unas gallinetas, el cacareo de una cubanita culeca, el amargo biche de un mango chancleto, el aullido expectante de un perro enrastrojado.
Hace ya algunos años, en medio de las montañas antioqueñas, ese mismo abuelo le dio como aguinaldo a los trabajadores de su finca un libro sobre agricultura y árboles nativos.
Esa Navidad, aunque todavía no se supiera, se inició una gran aventura que sigue viva hasta el día de hoy y que pareciera no tener fin. Esta aventura se llama Secretos para contar y en ella participan las familias campesinas, los maestros rurales, las escuelas, las bibliotecas, entidades de los sectores públicos y privados, y todas las personas que han tenido la oportunidad de leer alguno de nuestros libros. Es una aventura que nos habla acerca de la necesidad de aprender. También, acerca de los lazos con nuestros semejantes y cómo entre todos vamos tejiendo una red que nos une como familia, como comunidad, como región, como departamento, como país, como humanidad y como seres vivos que hacemos parte del planeta Tierra, nuestro hogar.
Pero ¿por qué todo empezó todo en aquella Navidad? Porque meses después, mientras el abuelo recorría algunos potreros de la finca con uno de los trabajadores, notó algunos árboles y preguntó por ellos. El trabajador, entusiasmado, le respondió con información que sorprendió al abuelo: le dijo los nombres comunes, los nombres científicos y algunos usos que se le podían dar a aquellos árboles; además, mencionó las especies de fauna que los visitaban. El abuelo, un poco extrañado al notar tanta seguridad y tantos conocimientos, le preguntó por qué sabía tanto de esos árboles.
―Todo eso lo aprendí en ese libro que usted nos regaló en diciembre.
Y ese fue un chispazo en el corazón del abuelo. Algo se despertó. Una semilla rompió su cáscara. Una idea se comenzó a formar en su cabeza. Así que convocó a un círculo de personas dedicadas a diversos campos de la cultura, el desarrollo y la educación, con la idea de propiciar el intercambio inteligente de ideas y la forja de lazos de amistad y compromiso, que cimentaron las bases de este proyecto.
Estas personas investigaron a profundidad el tema, y se dieron cuenta de que, en general, en las casas y escuelas campesinas casi nadie tenía algo que leer, a pesar de que, en todas ellas, existía un vivo interés por aprender.
Así surgió la Fundación Secretos para contar que, con el paso de los años y gracias al constante apoyo de cientos de empresas y entidades, se convirtió en un proyecto de promoción de lectura y educación que crea y comparte sus contenidos, libros y talleres de forma gratuita con la totalidad de las familias campesinas del departamento de Antioquia que tienen hijos estudiando en las escuelas rurales del territorio.
Estos contenidos y talleres que se han convertido en una invitación a leer y a aprender, a partir de una biblioteca creada para la familia rural antioqueña y que imprimimos en un excelente papel, a todo color y con un proceso editorial riguroso que asegura un producto final de muy buena calidad, pertinente, de fácil lectura y agradable a la vista, que permanecerá en los hogares como una invitación a seguir leyendo y aprendiendo todos los días.
Desafortunadamente, a veces el tiempo no siempre alcanza para ver nuestros sueños hechos realidad, y el abuelo no alcanzó a ver cómo los libros, montados en mulas, lanchas, aviones, camperos, camiones de escalera o garruchas lograron atravesar las selvas densas, los ríos caudalosos, las amplias sabanas, las carreteras de todo tipo y hasta los profundos cañones que separan las montañas, para ir a parar a las manos y a los corazones de las familias campesinas. Todo esto gracias al compromiso de los talleristas de Secretos para contar (“los de los libros” como nos llaman en tantas partes) y al gran apoyo de nuestra red de aliados.
Ahora, quienes aran la tierra con el azadón para crear los surcos y sembrar las semillas que se convertirán en alimentos, tienen libros y hábitos de lectura que le ayudarán a mejorar sus prácticas agrícolas, a hacerlas más amigables con la Tierra, a vivir en armonía con todos los seres de la Naturaleza.
La madre protectora y cariñosa tiene libros y conocimientos para acompañar el crecimiento y desarrollo de sus hijos, y para procurarles bienestar y salud en forma de cariño, cuidados, alimentos y medicina natural.
El niño que está aprendiendo y dándole forma al mundo, el estudiante que está pensando en el futuro, tiene libros y herramientas intelectuales que le ayudarán a conocer sobre el presente y el pasado, a reflexionar y cuestionar, para que el provenir que él representa sea más benéfico para todos.
El maestro que ayuda a formar el carácter y el conocimiento de toda una generación cuenta con herramientas para despertar la curiosidad, alimentar el intelecto y fortalecer los lazos que nos unen con los demás seres humanos.
Ahora, todos en el campo tienen la oportunidad de encontrarse con el placer de leer, de aprender, de divertirse con las historias viejas y con las historias nuevas, de reencontrarse con la canción del tiple que resuena entre las montañas desde hace siglos, porque alguien, alguna vez, en algún lugar, lo soñó… y ese sueño sigue vivo, creciendo, sumando personas, transformándose a sí mismo y trazando nuevos caminos, nuevos senderos, que nos ayuden a volar cada vez más alto.
Que el primer libro de la vida sea objeto propio que podamos gozar y manipular es definitivo para tener una buena relación con los libros y la lectura. El chispazo que los libros producen en las personas cambiará su vida, les ayudará a encontrar sus sueños y motivaciones. Que todos los niños de una vereda y sus familias tengan los libros al mismo tiempo genera cambios, y hace que los libros empiecen a tener mucha importancia en la escuela, y se conviertan en los libros de texto de las escuelas del campo.
Hoy, 20 años después, Secretos para contar ha generado una cultura de región, una cultura Secretera.
Nuestras colecciones
En la primera fase, convocamos a todos los docentes rurales del municipio por intermedio de las secretarías de educación y los núcleos educativos para realizar un taller de promoción de lectura y montaje de ruta.
En este taller de ruta también le entregamos a los docentes los libros que vamos a llevar a las familias y realizamos una promoción de lectura, con el fin de que conozcan los temas más relevantes que se abordan en cada título para que se vayan motivados y, a su vez, animen a las familias a asistir al evento que se realizará en cada vereda.
Allí definimos también las rutas los días y horarios en que vamos a asistir a cada vereda a llevar los libros y, con ayuda de los maestros, coordinamos algunos aspectos logísticos importantes como los censos de las familias y los posibles transportes adicionales que se requieren para poder llegar hasta las veredas más apartadas.
A los docentes les entregamos unos volantes de invitación para las familias, que contienen la fecha, lugar y hora del encuentro; de forma que se sientan parte del proceso y asistan al evento de promoción de lectura.
La segunda fase es la instalación de los libros. En esta fase nuestros promotores de lectura visitan las escuelas rurales de cada municipio, según los cronogramas acordados con los docentes, y realizan el encuentro de promoción de lectura con las familias. Para llegar a las veredas más apartadas, con frecuencia debemos atravesar bosques, montañas y ríos, en los medios de transporte más variados (en caballo o mula, lancha, avión, carro, moto o caminando).
Estos talleres son espacios muy agradables en los que compartimos con las familias del campo, dialogamos, les entregamos los libros de forma personalizada y los antojamos a seguir leyendo. En la promoción de lectura hacemos una revisión de los temas más importantes de cada libro. Siempre en medio de sonrisas, leemos entre todos e invitamos a los participantes a apropiarse de los libros, a cuidarlos y a convertirlos en nuevos integrantes de la familia. Nos despedimos con la promesa de volver con más libros llenos de conocimientos y diversión.
También entregamos algunos ejemplares de los libros a las instituciones educativas urbanas, y rurales, casas de la cultura y otras entidades relacionadas con los procesos educativos, algunos ejemplares de los libros para ponerlos a disposición de toda la comunidad.
La tercera fase se realiza algunas semanas después de la entrega de los libros a las familias y consiste en una reunión con los docentes para realizar un taller pedagógico con maestros.
Este es un momento para dialogar sobre la pertinencia de los libros en los diferentes contextos y para entregar a los docentes material complementario que les sirva para preparar sus clases o desarrollar temas relacionados con los contenidos de los libros, que todos los estudiantes tienen en casa.
Esta es una forma de brindar herramientas pedagógicas a los docentes que les sirvan para profundizar y para hacer del aprendizaje de sus estudiantes un proceso divertido, y para complementar los insumos educativos que existen en el campo.