Un negocio, por más pequeño que sea, debe tener un presupuesto, que es una proyección de ingresos, gastos y utilidades.
Para conocer el tamaño del negocio y qué tan posible y exitoso puede ser, debe:
Conocer el mercado, es decir, saber qué tanto se está vendiendo el producto y si hay gente dispuesta a comprarlo.
Conocer muy bien el precio al que se está vendiendo el producto que voy a ofrecer.
Si decido montar el negocio tengo que considerar una inversión inicial, que se hace por una sola vez y también unos gastos del día a día del negocio.
Para la inversión inicial debe preguntarse:
¿Cuánto me cuestan los equipos necesarios para producir o vender el producto?
¿Cuánto me cuesta adecuar el sitio?
¿Cuánto me cuestan los permisos que requiero para comenzar a operar?
Para tener claros los gastos del día a día. Es decir, para saber cuánto le cuesta sostener el negocio, debe calcular lo que debe pagar por:
El arriendo del sitio.
Los servicios públicos.
La materia prima
Los salarios (recuerde incluir el suyo)
Otros gastos (préstamos o transporte).
En general, debe pensar en los recursos que necesita para fabricar, almacenar, distribuir y hacer conocer su producto. Incluya un mínimo de caja para operar diariamente.