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Abonos verdes

 Abonos verdes

Los abonos verdes son plantas que sembramos o dejamos crecer en el terreno para mejorarlo y aportarle materia orgánica y elementos nutritivos. Se utilizan en los momentos de descanso de las eras y permiten la aireación del suelo. Estos abonos conservan la humedad, protegen el suelo del sol y del viento, son una fuente constante de materia orgánica, extraen agua y minerales, favorecen la biodiversidad de fauna y flora en la huerta y ayudan a tener mejores cosechas. Algunos abonos verdes recomendados son frijol, arveja, guandul, haba, trébol, maíz, frijol caupí, trigo, sorgo, girasol, borraja, lupinus, mostaza o botón de oro. Siembre estas plantas o deje que crezcan espontáneamente durante dos o tres meses, luego píquelas bien e incorpórelas al mismo suelo de donde salieron. Puede aplicar en el terreno abonos orgánicos como el compost o los bioles líquidos, que contengan microorganismos y minerales.

Abonos 1

 

Arvenses

Las mal llamadas malezas cumplen un papel trascendental dentro de los cultivos. Plantas como el diente de león, la capuchina, el corazón herido y la borraja se pueden dejar crecer libremente en las huertas, puesto que con sus raíces movilizan nutrientes, enriquecen y equilibran el suelo, y con sus flores atraen polinizadores e insectos benéficos que nos ayudan a tener una finca saludable y llena de vida. Puede dejar crecer las arvenses o malezas por dos o tres meses en el lote que está descansando (ilustración pág. 53), luego picarlas bien y volver a incorporarlas al suelo. Mezcle con un abono que contenga microorganismos y minerales, como compost o bioles líquidos. Así, mientras deja descansar el suelo, le da fuerzas con nuevos nutrientes y ayuda a mejorar su salud. No obstante, es bueno reconocer cuáles son las especies más invasivas, como el ojo de poeta o algunos pastos. Cada clima y cada suelo nos muestran estas especies de arvenses que pueden llegar a afectar nuestros cultivos, por lo que es importante arrancarlas a tiempo y llevarlas al compostaje.

Coberturas vegetales

Es importante proteger las eras con coberturas vegetales, como nos enseña la Naturaleza. Así, los suelos siempre están cubiertos con hojarasca y diferentes tipos de plantas que los resguardan. Esta cobertura protege el suelo como una capa contra la acción directa de las gotas de lluvia que arrastran los nutrientes, le ayuda a conservar la humedad en épocas de sequía y lo protege del viento y de los rayos solares, evitando que se seque la materia orgánica y sea llevada del suelo en forma de polvo para otro lugar. Al descomponerse, estas coberturas vegetales se convierten en fuente de abono; en épocas de invierno evitan que las plantas se ensucien con tierra y hongos, y protegen a todos los seres que habitan en el suelo de la acción directa de los rayos solares.

Abonos 2

 

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