Que tanto la piel como el asfalto son aislantes, capas protectoras que separan el adentro del afuera, sin las cuales todo funcionaría de otra manera.
La piel tiene unos cuatro milímetros de espesor y protege los órganos internos del cuerpo. La piel es un aislante pero constantemente intercambia gases y líquidos con el ambiente, lo que la convierte en un fabuloso medio de comunicación entre el interior y el exterior del cuerpo. La piel tiene tres capas: la Hipodermis, la más profunda, donde está el tejido graso que nos protege del frío; la Dermis, intermedia, donde nacen los vellos y las uñas, que es 20 veces más gruesa que la externa, llamada Epidermis, formada por células que dan color a la piel y sirven de barrera a la luz y los contaminantes.
El asfalto es un material pegajoso, de color negro, extraído del petróleo y usado en la pavimentación de vías. El asfalto es mezclado con roca triturada y arena para que soporte grandes cargas y tráficos pesados como el de las carreteras. Si no tuviera semejante resistencia, se romperían las redes de acueductos y tuberías de gas que hay debajo de la tierra. Una de sus propiedades más importantes es la de impermeabilizar: impedir el paso de líquidos como el agua. Por eso se usa en los techos, para evitar las humedades.
La cinta negra o los forros plásticos de los cables, utilizados para proteger conexiones eléctricas del agua y evitar cortocircuitos. Los termos, que permiten conservar calientes el café o las sopas, son aislantes del calor.
Las llantas viejas son uno de los mayores contaminantes de la Tierra. En Colombia, se desechan 220.000 toneladas de llantas al año. ¿Qué hacer con ellas? Las llantas están siendo trituradas para mezclarlas con el asfalto y pavimentar carreteras y hasta canchas de fútbol.