Los científicos dicen que la Tierra se empezó a formar hace 4.650 millones de años, pero en ese entonces era muy diferente al planeta que conocemos hoy. Partículas de polvo de estrellas y gas, que flotaban en el espacio, se unieron atraídas por una fuerza conocida como la gravedad. Lo más maravilloso es que precisamente en esas partículas de polvo que venían de las estrellas y que formaron la Tierra, se encontraban sustancias como el carbono, el hidrógeno, el calcio, el magnesio, etc., que son los elementos que hacen parte de todos los seres vivos en nuestro planeta. Es por eso que podemos decir que las plantas, los animales y los seres humanos estamos hechos de polvo de estrellas. La superficie comenzó a enfriarse y a volverse sólida y dura, pero como el centro estaba hirviendo (y todavía lo está), hicieron erupción muchos volcanes por donde el centro de la Tierra se desfoga y echa lava y fuego, provocando la salida de vapores y gases que fueron formando la atmósfera primitiva de nuestro planeta. ¡Imagina el paisaje de hace millones de años! Volcanes en erupción arrojando fuego y lava o roca derretida; ninguno de los seres vivos que actualmente existimos en el planeta hubiera podido sobrevivir en esas condiciones.
Poco a poco, la Tierra se fue enfriando; la mayor parte del vapor de agua de origen volcánico de esa atmósfera primitiva, se condensó, formando pequeñas gotas de agua que al hacerse más pesadas empezaron a caer, dando origen a los primeros océanos del mundo.
Existen varias teorías sobre el origen de la vida. Los científicos piensan que se originó en el mar, pero… ¿cómo sucedió? En el agua, que contenía ya muchos de los elementos que hacen parte de todos los seres vivos, ocurrían cosas maravillosas: el Sol calentaba el agua y las constantes tormentas eléctricas la cargaban de energía; así se formaron sustancias nuevas, diferentes; algunas de ellas fueron las proteínas, que son el primer paso en la historia de la vida en la Tierra.
A medida que el tiempo transcurría, las proteínas desarrollaron a su alrededor una especie de bolsa que las separaba del agua, es decir, consiguieron un cuerpo, muy pequeño, que las hacía independientes; aparecieron así las primeras células, que eran muy sencillas, pero ya contenían el principio de la vida. Montones de células forman los cuerpos de las plantas, de los animales y el nuestro.
Las células tenían distintas formas, algunas parecían cocos, otras raquetas, a veces tornillos; en ocasiones se quedaban juntas formando grandes grupos. Los colores también variaban: las había transparentes, azules, verdes, cafés. En fin, la vida se expresa desde esa época de formas muy diferentes.