La guadua y el bambú se deben cortar en menguante, de madrugada. Para que los tallos se desagüen bien y prepararlos para un secado apropiado, se deben guardar parados, dentro de la misma planta durante un mes.
Luego se procede al secado para tener una mayor duración. Este puede hacerse mediante el tratamiento del ahumado, que consiste en almacenarlo encima de chimeneas.
Varios pedazos de bambú del largo que desee, que sean de un grueso similar y no tengan los nudos.
Diferentes semillas a las que se les ha hecho un hueco para ensartar.
Un listón de madera delgado y resistente que sea 10 centímetros más largo que el ancho de la cortina que se desea hacer.
1. Tome el listón, mida 5 centímetros y perfore la madera haciendo un huequito cada tres centímetros, dejando otros cinco centímetros al final.
2. Pase por los huecos del listón una cuerda que tenga el largo que se requiere y anúdela.
3. Inserte en la cuerda pedazos de bambú intercalados con semillas. Haga un nudo después de cada semilla para que no se mueva.
4. Amarre el listón de madera con una cuerda a cada uno de los lados.
Cuelgue en una ventana. Este tipo de cortinas disminuyen la entrada directa de la luz y permiten que la habitación quede tenuemente iluminada.
Un cañuto de guadua que tenga nudo en uno de los extremos, un puñado de semillas de achira y palitos de chonta.
Quite la cáscara del interior del cañuto y deje solo la corteza delgada para obtener un mejor sonido.
Introduzca dos puñados de semillas de achira. Cierre el extremo con travesaños de palitos de chonta y tendrá listo el instrumento.
A lo largo de un palo hueco de guadua, que tenga nudo en uno de los extremos, atraviese cada dos centímetros, palitos pequeños de la misma planta.
Introduzca cuatro puñados de semillas, cascajo fino o conchitas trituradas.
Tape el otro extremo con un nudo de guadua, masa de viruta o pegante.
Hágalo sonar inclinándolo despacio de un lado al otro.