Que tanto en una olla que se ladea como en una persona que se levanta de una silla, se mueve el centro de masa, un punto invisible en el que está concentrada la masa de las cosas.
Porque se desplaza el centro de masa, un punto invisible en el que está concentrada la masa de las cosas y que permite el equilibrio y la estabilidad. Cuando acomodamos la olla sobre el fogón para que no se voltee, la movemos a ella pero, también, movemos su centro de masa.
Porque para levantarnos es necesario desplazar el centro de masa de nuestro cuerpo. Lo mismo que ocurre con la olla cuando la acomodamos, ocurre con nosotros cuando nos levantamos. Nos acomodamos para poder movernos y, al hacerlo, movemos también nuestro centro de masa. Intenta levantarte sin inclinarte hacia adelante, verás que es muy difícil, casi imposible.
Cuando acomodamos las cargas en una mula, o cuando distribuimos los bultos en un camión o en una canoa. Cuando montamos a caballo: si bajamos una pendiente, instintivamente inclinamos el cuerpo hacia atrás para que el centro de masa se desplace y evitemos caer hacia adelante. En cambio, cuando subimos la pendiente, inclinamos el cuerpo hacia adelante para evitar que el caballo, y nosotros, caigamos hacia atrás.
Comprueba que no podemos levantarnos de la silla sin inclinarnos hacia adelante y sin desplazar nuestro centro de masa.
1. Siéntate con la espalda recta y no metas los pies debajo de la silla.
2. Intenta ponerte de pie sin inclinar el cuerpo hacia adelante. Verás que es muy difícil. Mientras el punto A, (debajo del centro de masa) esté detrás de los pies será imposible levantarse.
Existen dos opciones para ponerse de pie:
Inclinar el cuerpo hacia adelante.
Poner los pies debajo de la silla.
Cargar un peso adicional.