Nuestro país está ubicado en la mejor esquina de América del Sur. Tiene los dos grandes océanos a sus pies. Colombia es una colcha de retazos hecha de regiones distintas: la Atlántica, la Pacífica, la Orinoquía (un inmenso llano que cubre una cuarta parte del país), la Amazonía y la Región Andina con sus tres cordilleras: la Occidental, la Central y la Oriental.
Además tenemos terrenos en el mar: en el Atlántico, las Islas del Rosario y de San Bernardo, entre otras. También el archipiélago de San Andrés y Providencia, formado por tres islas principales: San Andrés, Providencia y Santa Catalina y varios cayos. En el Pacífico también tenemos islas: Gorgona, Gorgonilla, Malpelo, entre otras.
La mayoría de los colombianos vivimos en las montañas. El clima allí es más benigno. Hay más ciudades, más cultivos, más industrias, más riquezas. La Orinoquia y la Amazonia cubren la mitad del territorio colombiano. Pero según cálculos del año 2005, vivían allí un poco más de dos millones de personas y éramos más de 42 millones de colombianos. La extensión terrestre de Colombia es de 1’141.748 kilómetros cuadrados y su área marina es de 928.660 kilómetros cuadrados para un total nacional de 2 .070.408 kilómetros cuadrados.
Desde el aire, Colombia se ve de muchos colores: manchas blancas, la nieve en los picos más altos; manchas verdes en los valles, selvas y llanos; manchas amarillas, en los desiertos. El desierto más grande es el de la Guajira, donde llueve muy poco. No existen montañas capaces de atrapar los vientos que pasan por allí cargados de tanta humedad. Para los Wayúus, indígenas de la Guajira, Juya, la lluvia, es un dios. Una sola gota de agua es para ellos un tesoro.
En el Chocó, en la zona Pacífica, es donde más llueve. La cordillera Occidental es una barrera para los vientos que vuelan por allí con tanta humedad, que forman una caravana de nubes. Se estrellan contra la cordillera y se desploman en aguaceros.
Colombia es uno de los países del mundo más rico en aguas. Tenemos ríos blancos y negros. Los blancos, como el Cauca, el Magdalena y el Caquetá, nacen en las cordilleras y arrastran con ellos los nutrientes del suelo. Por eso en sus aguas abundan los peces. Los ríos negros, como el Vaupés, el Guainía y el Río Negro, nacen en las planicies del llano y la selva. Corren sobre lechos de roca y sus aguas son cristalinas. Son ricos en peces ornamentales.
Hace muchos, pero muchos años, cuando el mundo se estaba formando, América del Norte y América del Sur eran dos inmensas islas separadas. Cuando se formó Centroamérica y unió las dos inmensas islas, los animales que vivían en el norte encontraron camino para viajar al sur, y los del sur por dónde ir al norte. Y no viajaron solos: los acompañaron árboles y plantas que iban botando sus semillas cada vez más allá. Colombia fue un punto clave en este cruce de caminos. Como tenía todos los climas, toda clase de animales y plantas encontraron fácil acomodo. Los que se sentían a gusto en el frío hicieron su casa en las altas montañas: Los que necesitaban calor, en los valles de los ríos y en las costas.
En la Sierra Nevada de Santa Marta se ven a la vez la nieve y el mar. Es la montaña más alta del mundo a la orilla del mar. En ella están los picos más elevados del país: el Bolívar y el Cristóbal Colón con 5.775 metros. En la Sierra viven indígenas Arhuacos, Kogis, Kuakuamos y Arsarios. Para ellos, la Sierra es una montaña sagrada, es el corazón del mundo.
Colombia es uno de los cuatro únicos países del mundo que tiene montañas con la altura y la humedad necesaria para que se formen los páramos. El piso del páramo es una inmensa esponja que chupa agua. Por eso son fábricas de agua. Tenemos el 60% de los páramos que existen en el planeta y el más grande: el Sumapaz, en la zona rural de Bogotá.
En Colombia vive el venado más pequeño del mundo. Lo llaman el venado conejo. Cuando nace es tan pequeño que cabe en la palma de una mano. También tenemos el roedor más grande: el chigüiro.
La palma más enana y la más gigante crecen en nuestro país. La primera se da en el Chocó. Con todo y penacho es tan alta como un niño de un año. La más alta es la palma de cera, el árbol nacional. Parece que sus penachos le hicieran cosquillas a las nubes.