Las convulsiones son movimientos incontrolados del cuerpo.
Tienen varias causas: enfermedades como la epilepsia, fiebre alta, poco azúcar en la sangre (hipoglucemia), traumatismos o accidentes graves, crecimiento de masas o tumores en la cabeza, intoxicación por sustancias, entre otras. Una persona que sufre una convulsión está en un estado de inconsciencia y es posible que en el episodio tenga saliva en la boca o relaje los esfínteres (que orine y defeque).
1. Debemos evitar que se golpee mientras está convulsionando. Por eso, sostenemos su cabeza con ambas manos y seguimos los movimientos del cuerpo sin tratar de detenerlos (se detendrán en poco tiempo).
2. Podemos secar la saliva de la boca del paciente para evitar que se ahogue con ella. (Imagen 1)
3. Cuando deje de moverse, lo ponemos de lado para que pueda respirar bien y descansar (luego de una convulsión, las personas quedan muy fatigadas). (Imagen 2)
4. Una vez que la persona se despierte, dele agua si la pide. Esto solo se debe hacer cuando la persona esté en plena conciencia para que ella misma tome el vaso, esto garantiza el estado de alerta del paciente.
Una convulsión sin explicación puede ser el síntoma de una enfermedad grave. Por lo tanto, estas personas siempre tienen que ser llevadas al hospital. Es una urgencia.
Cuando una persona convulsiona no se traga la lengua; tampoco hace falta que le cojamos el dedo del corazón.
