Quiero contarte
un cuento viejo:
Desde la luna
saltó un conejo.
Tenía una oreja
toda de plata:
Bastón de oro,
traje de gala.
Zapatos rojos,
medias de lana,
corbata verde,
calzón de pana.
Como el conejo
perdió el sombrero,
perdió una gorra
de terciopelo.
Y al ver un perro
se asustó tanto,
que pegó un brinco
de este tamaño.
Hasta la luna
llegó el conejo.
Allí sentado
se ha puesto viejo.
Por eso siempre
los perros ladran
cuando de noche
la luna pasa.