Ir con la naturaleza y no contra ella es un principio básico que hay que tener en cuenta cuando se maneja una finca productiva. Es importante fomentar la diversidad al mezclar los cultivos; respetar los ciclos naturales de inviernos, veranos, y fases de la luna; usar abonos orgánicos preparados en la misma finca; proteger el suelo manteniéndolo siempre cubierto y reciclar los restos de cosecha, el estiércol de los animales y los residuos de la casa reintegrando estos elementos al ciclo de la vida.
Los cultivos se deben rotar para que las plantas no consuman siempre los mismos nutrientes de la tierra y la agoten.