Un dolor en el pecho puede ser un infarto del corazón y debemos actuar con urgencia.
El dolor característico es una sensación de presión o aplastamiento que se irradia a la mandíbula, brazo o espalda, y que en muchas oportunidades se acompaña de sudoración e inquietud. Sin embargo, hay muchos casos en los cuales el infarto se presenta de manera poco habitual y, por lo tanto, cualquier adulto con malestar importante: un dolor inespecífico en el abdomen, en el pecho, en el brazo o en la mandíbula debe ir al hospital para asegurarse de que el corazón está bien.
Algunas veces ese dolor de pecho es acidez, pero como es difícil diferenciarlos, debemos llevar el paciente al hospital para salir de dudas.
Si sospechamos que la persona tiene un infarto porque tiene dolor, está irritable, sudoroso y pálido (o cianótico), es muy importante llevarlo al servicio de urgencias. Debemos sobre todo evitar que la persona haga esfuerzo físico; por esto es vital mantener la calma, no pedir a la persona que camine, y adecuar una camilla para que el grupo de personas que le está ayudando se encargue de movilizar al paciente al servicio de urgencias.
Es muy importante poner a la persona en reposo mientras la llevamos al servicio de urgencias.
Ante cualquier dolor del ombligo para arriba, debemos consultar a un médico, ya que aunque puede ser gastritis o ansiedad, también puede ser un infarto.
