La vegetación no solo ayuda a conservar la humedad y a proteger el agua. También es muy útil para proteger la tierra y los suelos, pues durante el invierno las raíces de las plantas evitan que el agua arrastre la tierra y ocasione derrumbes y tragedias, como también evita que se lleve la tierra fértil y ocasione erosión.
Las normas ambientales colombianas ordenan mantener protegidas con vegetación boscosa las orillas de los ríos y las laderas o faldas de montaña muy empinadas pues de esta manera se evitan la erosión y las tragedias invernales.
Para que sobrevivan la tierra, el agua, las plantas y nosotros mismos es necesario recuperar nuestros bosques.
Es importante conocer el Plan de Ordenamiento Territorial de nuestro municipio, en el cual se señalan las áreas dedicadas a la conservación, recuperación y manejo de los suelos.
Podemos organizar con los vecinos un programa de reforestación —siembra de árboles— y ayudar a construir algunas soluciones para controlar la erosión:
Gaviones: cajones hechos con malla de alambre y rellenos de piedra con los cuales se disminuye la fuerza del agua en zonas de escorrentía.
Trinchos: escalones hechos con guaduas clavadas para trancar el arrastre de suelo en las tierras abiertas por la erosión.
Canales de escorrentía: zanjas excavadas en sentido transversal a la dirección de la caída del agua, para disminuirle la fuerza y reducir la erosión.