El clima de cada región está determinado por varios factores: la temperatura o el grado de frío o de calor que hace allí; la precipitación o cantidad de lluvia que cae; la humedad o cantidad de vapor de agua que hay en el ambiente; los vientos; la orientación de las montañas, que incide en la cantidad de horas de luz solar que recibe un lugar durante el día; y las cordilleras o cadenas montañosas que actúan como barreras que detienen o propician los vientos y la lluvia.
En los países tropicales como Colombia, a la orilla del mar, a 0 metros de altura sobre el nivel del mar, hace mucho calor. A medida que empezamos a subir a las montañas y aumentamos la altura sobre el nivel del mar, la temperatura disminuye y hace más frío.
Hay sitios, como las selvas del Chocó, donde llueve muchísimo, y hay otras zonas, como en los desiertos, donde la lluvia es muy escasa. En algunas zonas, como en los bosques de niebla, la humedad es muy alta y el aire se siente realmente húmedo, y en otras, en cambio, la humedad es muy baja y el aire es seco.
El clima determina también, en gran medida, las especies vegetales y animales que se encuentran en cada zona. Hay especies, tanto animales como vegetales, que son propias de clima cálido, otras de clima frío y otras de clima templado; unas se han adaptado a las zonas secas, otras, en cambio, a los sitios muy húmedos. Sin embargo, algunas especies tienen la capacidad de adaptarse a diversos climas, como por ejemplo los pumas y los zorros que habitan tanto las selvas calientes como los páramos.