(región amazónica- mito witoto)
Los hombres, cansados del sol, no sabían qué hacer para que cayera agua sobre sus cultivos. Un día, Bigidima se encontraba recogiendo agua para regar su sembrado de yuca y chontaduro cuando, de pronto, saltó un gran pez de las profundidades del río, que lo asustó mucho. Enfurecido, Bigidima sacó su lanza y la arrojó con toda su fuerza, pero la punta de la lanza sólo alcanzó el fuerte cuello del animal. Inmediatamente, el pez sopló con tal fuerza que el agua que había tomado salió por la herida y cayó en forma de lluvia.
Desde entonces se sabe que siempre que hay lluvias, el delfín del río está soplando por el orificio que le hizo la lanza del airado Bigidima.
Selección y adaptación: Fabio Silva V.
Publicado en: Mitos y Leyendas Colombianos.
Bogotá. Panamericana 1999
Ilustración: Nadir Figueroa