El Sol es la estrella más cercana a la Tierra. Es un horno gigantesco de hidrógeno que permanece a una temperatura, en su capa exterior, de seis mil grados centígrados. A su alrededor giran nueve planetas principales con sus lunas, miles de asteroides, cometas y millones de meteoritos.
La fuerza de atracción del Sol los mantiene a la distancia precisa: ni tan cerca para absorberlos, ni tan lejos para que se escapen. Es la misma fuerza que nos obliga a los hombres, y a todas las cosas, a estar parados sobre la Tierra: la fuerza de la gravedad. Fuerza con la cual los cuerpos más grandes atraen a los más pequeños. ¡Jamás los alejan!
Un bulto que en la Tierra pese 100 kilos, en Júpiter, el planeta más grande, pesaría 269. A mayor cantidad de materia, una mayor fuerza de atracción. Una persona en Júpiter no tendría fuerza suficiente para mantenerse en pie. En la Luna, que tiene menos materia, resulta al revés: el bulto de l00 kilos pesaría unos 18. Con la fuerza necesaria en la Tierra para dar un brinco de un metro, en la Luna saltaríamos seis.
Como Venus está tan cerca del Sol recibe mucho calor: 480 grados centígrados. No es posible tener agua líquida. Ni en Plutón, el más lejano, que es muy frío: 230 grados bajo cero.