Cuando el niño se enferma de manera leve no es necesario que haya una evaluación y un tratamiento médico. Pero a veces presenta trastornos que sí lo requieren.
Mientras lleva a su hijo a la institución de salud, en la familia se pueden manejar los síntomas más molestos y delicados para el niño como la fiebre, la diarrea, la tos y los dolores de estómago.