Que tanto con el espejo como con el fósforo se puede obtener fuego.
Un espejo de aumento o una lupa (espejos cóncavos o con una curva hacia adentro), pueden concentrar los rayos del Sol en un punto. Como la luz produce calor, si la concentramos sobre un material combustible o que se queme, como las hojas secas o el papel, hará que se produzca fuego.
Para encender un fósforo rastrillamos su cabeza, que está hecha de un material altamente combustible llamado fósforo rojo. Pero pocos imaginamos que podemos encenderlo también con un espejo o con una lupa. Pon un fósforo al aire libre, orienta el espejo, o la lupa, de tal manera que concentre la luz en la cabeza del fósforo. Espera un momento y verás que ¡la luz sí prende!
En los hornos solares, que concentran la luz en un solo punto con la ayuda de uno o varios espejos, y producen calor suficiente para hervir agua y cocinar.
Para comprobarlo necesitas:
Un plato de loza pequeño, una vela, un encendedor, una cucharada de bicarbonato y tres cucharadas de vinagre.
Pega la vela en el centro del plato.
Agrega las tres cucharadas de vinagre alrededor de la vela.
Enciende la vela y echa rápidamente, sin tocar la llama, las cucharadas de bicarbonato al vinagre.
De inmediato hay una reacción química entre el bicarbonato y el vinagre, que produce agua, sal y gas carbónico. Ese gas se eleva, desplazando el oxígeno necesario para que haya fuego. Por eso se apaga la llama de la vela.