Cuando eres fuerte, muestra debilidad;
cuando eres débil, muestra fortaleza.
Sun Tzu
No por ser grandes o pequeños tenemos ventajas sobre los demás. Cada cual tiene el tamaño justo y adecuado, ya sea un ser humano, una planta, un animal o una estrella. Lo importante es que cada uno sepa apreciar y conocer sus cualidades y limitaciones.
Cuando somos pequeños, todo es grande. Es grande el pueblo en que vivimos. Es grande la distancia que tenemos que caminar todos los días entre nuestra casa y la escuela. Son grandes los muchos adultos que nos rodean, en especial, nuestros padres y maestros. Es grande el inmenso mundo que aún no conocemos. Pero, a medida que crecemos, el mundo empieza a hacerse cada día más pequeño y un día nos sentimos grandes, y muchas cosas que nos parecían grandes, ahora son pequeñas. Además nos sentimos capaces de hacer grandes cosas.
Nuestros antepasados, los primeros humanos que caminaron sobre la Tierra, también sintieron que el mundo que los rodeaba era prodigiosamente grande, y eran grandes las criaturas y animales como el mamut y el tigre dientes de sable, y se sentían especialmente pequeños al contemplar la inmensidad de la noche poblada de estrellas, o al acercarse a la orilla del mar, o cuando un vasto aguacero que parecía durar una eternidad se desprendía del cielo.
Lo grande y lo pequeño son valores muy relativos: a veces nos sentimos pequeñitos e intimidados, como cuando descubrimos la existencia de una criatura gigante como el tiburón ballena, pero cuando sabemos de su mansedumbre, deja de ser una amenaza y se convierte en un amigo; o cuando imaginamos el terror que nos daría encontrarnos con un dinosaurio, y luego descubrimos que no todos eran enormes, y algunos de ellos eran más pequeños que nosotros; y a veces nos sentimos grandes, como cuando tomamos en nuestras manos una pequeña orquídea y admiramos la magnitud de su belleza, tan sorprendente como la de la enorme flor de la raflessia.
En realidad, cada especie tiene el tamaño que necesita para sobrevivir y adaptarse a su entorno, e igual sucede con nosotros. En cualquier escuela o comunidad hay niños y niñas de todos los tamaños, grandes y pequeños, altos y bajitos; y el tamaño servirá para escoger quiénes serán los mejores para jugar deportes como el baloncesto, en el que la altura es necesaria, y cuáles los mejores para participar en las carreras de caballos, en las que lo ideal es que el jinete sea delgado y pequeño. El tamaño no importa; lo que importa es conocernos, y sacar el mejor provecho de lo que somos.
Grande y pequeño son palabras que sirven para comparar si una cosa es grande o pequeña con relación a otras. Somos grandes y pequeños al mismo tiempo, y según las circunstancias. Y hay un momento en que dejan de existir las comparaciones: cuando descubrimos que somos únicos, ni grandes ni pequeños.
El tiburón ballena es grande
Es un tiburón tan grande, que se le considera el pez más grande que vive en los mares, pues tiene una longitud de hasta 15 metros y pesa más de 20 toneladas. Este gigante, al nadar con la boca abierta, absorbe alrededor de 6 mil litros de agua por hora, los cuales filtra, expulsando el agua y capturando un gran número de pequeños peces, crustáceos, calamares y algas diminutas, llamados plancton. Cuando las branquias ya han atrapado suficiente alimento, el tiburón ballena cierra la boca y se lo traga.
Este enorme pez es tan amable y pacífico que deja que los buzos se acerquen y naden cerca de él tranquilamente.
El tiburón linterna enano es pequeño
Este tiburón enano mide entre 20 y 30 centímetros, y se cree que es el tiburón más pequeño del mundo. También se le llama linterna, porque tiene un órgano que produce luz, con la que ilumina las grandes profundidades en las que vive, en donde reina la oscuridad, y le sirve para atraer y atrapar a sus presas, y para ahuyentar a los depredadores.
Este tiburón solo vive en las aguas profundas del Caribe colombiano y venezolano, y por hallarse a tanta profundidad y ser tan pequeño, se le ve con poca frecuencia y se le conoce poco. Se sabe que tiene unos ojos verdes y vidriosos, muy grandes para su diminuto tamaño, y que las hembras tienen dos o tres crías a la vez.
La flor de la raflessia es enorme
Esta flor, que tiene cinco pétalos y habita las selvas de Indonesia, presenta enormes y extrañas sorpresas: es una de las dos flores más grandes del mundo, y puede llegar a medir más de 1 metro de diámetro y a pesar 11 kilogramos.
Esta enorme planta se puede sentir a grandes distancias, incluso antes de ser vista, pues expide un olor insoportable a carne podrida, que atrae a las moscas carroñeras, que son sus polinizadoras naturales. La planta carece de hojas y de brotes, y solo es visible su flor, que crece sobre las raíces de los árboles y se abre durante una semana cada cuatro o cinco años.
La orquídea tica es diminuta
Esta orquídea amarilla es una de las flores más diminutas del mundo, pues mide solo 1,8 milímetros, el mismo tamaño de la punta de un lápiz, y la planta llega a crecer solo hasta los 2 centímetros.
Su flor es tan pequeña que es casi imperceptible a los ojos humanos, y pasó muchísimos años inadvertida, tanto que fue descubierta solo por casualidad en el año 2010, en Costa Rica, entre las raíces de otras orquídeas mayores, por un grupo de investigadores que la bautizaron Platystele tica, en honor al pueblo costarricense que se caracteriza por hablar en diminutivos.
El Patagotitan mayorum era gigante
Este inmenso y colosal dinosaurio, el más grande hasta ahora descubierto por la ciencia, pesaba, según cálculos de los científicos, más de 70 toneladas, lo que equivale al peso de 14 elefantes, y medía 40 metros de longitud, equivalente a 3 buses uno detrás de otro.
Los inmensos y pesados huesos de 6 de estos dinosaurios herbívoros gigantes, que murieron siendo jóvenes hace 101 millones de años, fueron hallados en el año 2013, y desde entonces se consideran los animales más grandes que han habitado el planeta Tierra. Si los esqueletos de los jóvenes son así de enormes, los científicos se preguntan cómo sería el tamaño de los adultos, que aún no han sido encontrados.
El Compsognathus era muy pequeño
Este elegante y diminuto dinosaurio, que vivió hace 150 millones de años, tenía el tamaño de un pisco (menos de un metro de altura) y un peso de 3 kilogramos.
El primer esqueleto completo de dinosaurio que se encontró en el mundo fue el de un Compsognathus, y es uno de los dinosaurios más pequeños descubiertos hasta ahora. Al encontrar su esqueleto, científicos observaron que en su interior se conservaban restos de lagartijas y pequeños vertebrados. Es por esto que se calcula que, para poder cazar, los Compsognathus debían desarrollar velocidades de más de 64 kilómetros por hora, hazaña por la cual es considerado uno de los bípedos más veloces que haya existido sobre la Tierra.