Un hábito es una costumbre, una conducta que repetimos hasta que se convierte en una forma de actuar casi automática. Los hábitos son nuestras prácticas diarias y se forman especialmente en los primeros siete años de vida, según los ritmos cotidianos. Aquello que hacemos cada día terminará determinando quiénes somos y cómo vivimos nuestra vida.
Lavarse los dientes
luego de comer es un
hábito positivo; fumarse
un cigarrillo después
de comer es un hábito
negativo, un vicio.
Un hábito se forma mediante la rutina, mediante la imitación y la repetición de un comportamiento. 21 días consecutivos, dicen los expertos, son suficientes para formar un hábito, pero no se sabe cuántos días son necesarios para dejarlo, en parte porque este tiempo cambia de persona en persona. En todo caso, todos tenemos la capacidad de lograr lo que nos proponemos.
Acá plantearemos dieciséis hábitos, cuatro para cada dimensión, que nos ayudarán a tener una vida plena.
Comer y alimentarnos, además de ser una necesidad básica en todos los seres vivos, es una fuente de disfrute y goce. La alimentación es indiscutiblemente uno de los hábitos más importantes: una buena alimentación (idealmente con productos orgánicos o libres de químicos) mejora nuestra calidad de vida. Entonces, ¿qué quiere decir alimentarse conscientemente? Es poner toda la atención al momento de comer y a lo que vamos a comer. Esto incluye tratar de comer despacio, saludable, y a las mismas horas.
La actividad física y el ejercicio permiten que el cuerpo se mantenga sano y aumentan la vitalidad. Significa evitar quedarnos quietos y, por el contrario, movernos, mantenernos activos, trabajar en el campo, hacer las tareas del hogar, caminar, usar las escalas, hacer trabajo físico, etc. Movimiento y salud van de la mano.
Para lograr una buena salud, debemos descansar y dormir entre siete y ocho horas ¡Cuando es a dormir, es a dormir! Aprovechemos las recetas de infusiones relajantes, calmantes e inductoras del sueño de las páginas 174 y 175 del libro Los secretos de las plantas, de Secretos para contar. Aparte de esto, si queremos un sueño reparador, debemos mantener alejado el celular y apagar el televisor.
La capacidad de adaptarnos cada día para sobreponernos a los retos que se nos presentan es fundamental. Por ejemplo, cuando una persona no puede caminar, usa una silla de ruedas para moverse, y así supera su limitación.
Este es un hábito que determina la forma en que nos relacionamos con el mundo, con las personas y con las cosas; más importante aún: con nosotros mismos.
Las relaciones cercanas y verdaderas hacen más felices a las personas que el dinero o la fama.
La gratitud es una actitud, una disposición para vivir la vida agradeciendo por lo que tenemos y no pensando en lo que nos falta. Implica saber dar, pero, también, saber recibir.
Si aprendemos a tener la mente en equilibrio, podemos conquistar la mayoría de los retos que se nos presenten. ¿Qué pensamientos sembramos en la mente?, ¿nacen del amor, del miedo o del odio?
Existen muchos métodos para cuidar la mente, para ejercitarla. Algunos son la meditación, la oración, el yoga y el mindfulness. Este último se refiere a prestarle atención, de manera consciente al momento presente, con interés, curiosidad y aceptación.
Servir a la comunidad es un elemento fundamental en nuestra realización personal y en la posibilidad de vivir una vida plena. Cada uno cumple un papel importante en la vida y en la sociedad: todos diferentes, todos importantes.
El ser humano es curioso por naturaleza y mantiene un deseo innato de aprender cosas nuevas. La curiosidad y el aprendizaje son una fuente inagotable de satisfacción para el ser humano.
Hoy sabemos que hay momentos para todo, que tenemos que aprender a descansar, a desconectarnos de nuestras responsabilidades para recargar nuestras baterías. Antes se hablaba del ocio como una pérdida de tiempo: hoy entendemos que el descanso periódico es esencial para ser productivos y lograr una vida plena.
Las aficiones y el arte, entre otras
actividades, juegan un papel fundamental en
el descanso: pintar, escuchar música, leer un
buen libro, salir a caminar por el bosque, observar
pájaros, tejer, bordar, trabajar la madera, hacer
artesanías, conversar con los amigos, hacer ejercicio, meditar, etc.
No se trata de ser ricos o pobres: se trata de vivir en armonía con lo que tenemos, ganamos y queremos. La frase “no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita” nos muestra que la felicidad no se alcanza con una ambición desmesurada.
Conocernos a nosotros mismos nos ayuda a conocer nuestras fortalezas y limitaciones, para así mejorar lo malo y potencializar lo bueno. Saber quiénes somos y cómo reaccionamos nos puede ayudar a vivir mejor con nosotros mismos y con los demás.
Todos estamos conectados y somos parte de la Naturaleza. Dar gracias por todo lo recibido es nuestra obligación moral y cuidar la calidad del aire y del agua es nuestra responsabilidad. Esto determina nuestro bienestar y el de nuestros semejantes.
La compasión es la capacidad de darse cuenta del sufrimiento ajeno, de sentir con el otro, de ponerse en sus zapatos y tener la disposición de aliviarlo. Ser compasivo es ver a otro pasando por un momento difícil y ser capaz de preguntarle: “¿Cómo puedo ayudarte?”.
Los límites muchas
veces están en nuestra
cabeza; con pequeños y
buenos hábitos cotidianos
podemos vivir mejor,
más felices y envejecer
saludables.
La esperanza es particularmente importante en los tiempos más difíciles porque nos ayuda a seguir adelante. Por eso decimos que “en tiempos de crisis, la esperanza es una responsabilidad”.
El propósito es aquello que nos motiva a levantarnos cada día para dar lo mejor. Es una declaración personal que nos conecta con la existencia. El propósito puede ser algo sencillo, como comprar un mercado para ayudar a alguien, o algo grande y que ayude a transformar el mundo.
Además de los hábitos que mencionamos, existen otras acciones tendientes a mejorar la salud y evitar la enfermedad.
Algunos aspectos para tener en cuenta:
Como colombianos, todos tenemos derecho a acceder a la ruta de promoción y mantenimiento de la salud, que es un acompañamiento que nos brinda el sistema de salud a lo largo de la vida.
El sol es necesario para vivir. Tomar sol nos ayuda a tener huesos y dientes fuertes, equilibra el colesterol, mejora la piel y disminuye la presión arterial; pero cuando abusamos de él, corremos el riesgo de desarrollar cáncer en la piel. No nos olvidemos del sombrero, usemos camisa de manga larga, busquemos la sombra cuando podamos y evitemos las horas en las cuales el sol pica más. Es ideal que nos apliquemos protector solar en las zonas de la piel más expuestas.
Si tenemos quemaduras por el sol, hidratemos bien el organismo y usemos cristal de penca sábila sobre la zona afectada.
Las vacunas evitan y previenen infecciones graves (ver artículo sobre las vacunas).
¿Quién no sabe que son dañinos? Lo que muchos no saben es que aunque creamos que podemos controlarlos, no siempre es así. Además, no son un buen tratamiento para los problemas emocionales porque pueden dormir o hacer olvidar el malestar en el primer momento, pero luego regresan con más fuerza.
Mente sana en cuerpo sano. Son inmensas las bondades cuando practicamos algún deporte o actividad física con frecuencia o caminar media hora al día a buen paso, ojalá todos los días o, mínimo, tres veces a la semana.
Es vital llevar una alimentación variada, rica en frutas, hierbas aromáticas y vegetales, mejor aún si son cultivadas en casa y sin químicos. Es recomendable evitar alimentos procesados, azúcares, mecato y alimentos ricos en grasa. Podemos encontrar ideas para recetas y para comer saludablemente en el libro Del campo a la mesa de Secretos para contar.
Tomar un baño diario con agua y jabón, también cuando estemos enfermos. Lavado de manos y cepillado de dientes tres veces al día como mínimo.
Debemos recordar hacerlas en las edades que recomienda el médico, ya que ayudan a detectar cambios que pueden llevar a un cáncer u otras enfermedades, y tratarlas a tiempo.
Ser responsables con nuestro cuerpo y con el de los demás, ya sea estando en pareja o fuera de ella, es básico para evitar enfermedades y embarazos no deseados, y, además, para lograr armonía emocional.
Es recomendable ir al médico anualmente, sintamos o no molestias. Preguntemos en esta revisión, también, por nuestra salud visual y odontológica, y aprovechemos las jornadas de salud que se lleven a cabo en nuestra vereda o municipio.
Debemos tomar los medicamentos que prescriba el médico en las dosis y tiempos indicados por él. La automedicación es una mala práctica, y puede ser muy peligrosa.
Debemos revisarnos los senos al menos una vez al mes para detectar irregularidades o masas, y consultar al médico.