La Luna es una roca redonda que da vueltas alrededor de la Tierra. Su superficie es de arena muy fina y de rocas, y al ser iluminada por el Sol refleja su luz. Por eso la vemos en las noches. La Luna es nuestro satélite natural. Se les dice satélites naturales a los cuerpos celestes que orbitan o se mueven alrededor de los planetas. Es el astro más cercano que podemos visitar. Pero está tan lejos de nuestro planeta que para llegar a ella sería necesario atravesar una fila de 30 tierras. Si la Tierra tuviera el tamaño de un balón de fútbol, la Luna sería como una bola de billar.
Hace unos 4.500 millones de años, cuando nuestro planeta acababa de formarse, un cuerpo que viajaba por el sistema solar, probablemente del tamaño de Marte, chocó contra la Tierra. Esta violenta colisión lanzó grandes cantidades de rocas al espacio. Muchas de esas rocas formarían la Luna casi como hoy la conocemos. Análisis de arenas y rocas demuestran que la Luna y la Tierra están hechas de los mismos elementos. Por esto se dice que la Luna es una hija de la antigua Tierra.
La Luna acompaña a la Tierra en su viaje alrededor del Sol. Como hay movimiento, hay cambios. Estos cambios se llaman fases lunares.
Cuando la Luna se encuentra entre la Tierra y el Sol no vemos su superficie iluminada. La fase de Luna Nueva es ideal para que los astrónomos observen el cielo, como no se ve la Luna, son noches más oscuras y se ven más estrellas.
Días después de la Luna Nueva vemos salir la Luna con sus cuernos apuntando hacia el oriente, llega a Cuarto Creciente, y continua aumentando su parte iluminada. Por eso se le llama fase creciente.
14 días después de la Luna Nueva, sale la Luna Llena que, durante toda la noche iluminará el cielo. Hace clara la noche para los caminantes.
Ahora la superficie iluminada de la Luna empezará a disminuir, llega a Cuarto Menguante y los cuernos de la Luna apuntarán hacia el occidente, por donde se oculta el Sol.
La Luna atrae los cuerpos de agua del planeta: desde los grandes océanos donde se producen las mareas hasta la savia de las plantas. Esto varía según la posición en la que se encuentre en su recorrido alrededor de la Tierra, y puede ayudarnos a comprender cuáles son las mejores épocas para sembrar o para cosechar.
Popularmente se dice que si vamos a sembrar frutas, será mejor hacerlo en Luna llena o Luna creciente, épocas en las que la Luna y el Sol atraen más el agua y, en consecuencia, la savia se eleva mejor hasta el fruto. En cambio, si vamos a sembrar papa, que crece hacia abajo, lo mejor será hacerlo en las fases de cuarto menguante o Luna nueva, cuando la Luna atrae menos agua y la savia puede ir hacia abajo, en dirección a las papas.
Quienes trabajan con guadua tienen muy presentes las fases de la Luna para su corte, pues saben que en creciente, o Luna llena, el tallo está lleno de agua y por el exceso de humedad podría dañarse. Se recomienda cortarla en menguante, entre las 2:00 a.m. y las 5:00 a.m., preferiblemente.