André Breton (Francia)
Me contaron hace un tiempo una historia muy estúpida, sombría y conmovedora. Un señor se presenta un día en un hotel y pide una habitación. Le dan la número 35. Al bajar, minutos después, deja la llave en la recepción y le dice al encargado:
—Disculpe, soy un hombre con muy mala memoria. Si le parece, cada vez que regrese, cuando le diga mi nombre, señor Delouit, usted me recuerda el número de mi habitación.
—Muy bien, señor.
Tiempo después, el señor vuelve y se acerca a la recepción:
—Señor Delouit.
—Es el cuarto 35.
—Gracias.
Un minuto después, un hombre extraordinariamente agitado, con el traje cubierto de barro, ensangrentado y muy golpeado entra al hotel y le dice al recepcionista:
—El señor Delouit.
—¿Cómo? ¿El señor Delouit? A otro con ese cuento. El señor Delouit acaba de subir.
—Perdón, soy yo… Acabo de caer por la ventana. ¿Quiere hacerme el favor de decirme el número de mi habitación?
(Ilustración: Carolina Bernal C.)