Los bosques altoandinos o montano bajos se encuentran ubicados en la cordillera de Los Andes, en tierras frías y muy frías, entre los 2.000 y 3.000 metros sobre el nivel del mar, donde hay temperaturas entre los 12 y los 17.5 ° C.
Un gran número de especies de plantas y animales que habitan estos bosques son endémicas, pues sólo viven en estas laderas y no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Sus poblaciones naturales son pequeñas, frágiles y muchas de ellas están en peligro de extinción.
El piso del bosque altoandino está cubierto de musgos, selaginellas, colchón de pobre y muchas otras plantas que funcionan como esponjas y absorben y acumulan grandes cantidades de agua que dan origen a riachuelos, quebradas y ríos que descienden a las zonas bajas. En el sotobosque hay aráceas con hojas en forma acorazonada, cordoncillos, silvo silvo, manos de oso, quinas, dulumocos, y uvitos de monte que dan albergue y alimento a muchas especies de aves.
El dosel o techo del bosque lo forman las copas de los arrayanes, dragos, amarraboyos, zarros, chagualos, sietecueros y varias especies de palmas (macana, entre otras). Algunas plantas crecen sobre otras y a veces las estrangulan, como lo hacen los matapalos y otras especies. Sobresalen del dosel algunos árboles emergentes como robles, laureles, encenillos, carates, chaquiros y palmas de cera.
En el bosque altoandino viven, entre otros, los osos andinos -conocidos también como osos de anteojos-, guaguas lobas o capoteras, venados, armadillos, perros de monte y zorros. En los linderos del bosque y a orillas de las quebradas vuela suave y pausadamente la hermosa mariposa nacarada. Muchos otros insectos revolotean entre los árboles, entre ellos varias especies de mariposas, como las transparentes, la mariposa espejito, y también polillas nocturnas o chapolas, abejas, avispas, escarabajos, e insectos palo o maría palitos. Tambien viven allí varios arácnidos, entre ellos algunas especies de arañas, tarántulas y escorpiones; algunas serpientes, la mayoría de ellas cazadoras, como las tierreras o bobas, la cazadora negra, la juetiadora o lomo de machete y la víbora de tierra fría, colgadora o granadilla, que es venenosa; hay, además, varias especies de ranas, como las llamadas ranas de cristal, que cantan al anochecer, y muchas especies de pájaros y aves, como colibríes, tángaras, barranqueros, soledades, tucancitos esmeralda, pavas y carriquíes.
Zarros o helechos arbóreos, cedros, nigüitos, dulumocos, silvo silvo, manos de oso, uvitos de monte, quinas, pitás, latos o cafetos de monte (Palicourea spp.) y algunas palmas (de cera, macana, otras).
Laurel comino, molinillos, culefierro, arrayanes, dragos, amarraboyos, chagualos, sietecueros, guamos, borracheros, quimulá, yarumos, matapalos (Ficus spp.), robles, laureles, diomatos, higuerones, encenillos, carates, chaquiros, azucenos, chusque.
Aráceas, begonias, mortiños, cordoncillos, selaginellas, colchón de pobre, musgos.
Oso andino u oso de anteojos, guagua loba o capotera, venado, armadillo de nueve bandas, perro de monte, zorro, cusumbos, erizos, conejo de monte, ardillas, comadrejas, chuchas, musarañas, mariposa nacarada (Morpho sulkowskyi), mariposa espejito, abejas, avispas, escarabajos, maría palitos, tarántulas, escorpiones, rana de cristal, lagartijas.
Tierreras o bobas, cazadora negra (Clelia clelia), jueteadora o lomo de machete (Chironius spp.), víbora de tierra fría, colgadora o granadilla (Bothriechis schlegelii).
Colibríes, mieleras, tángaras, azulejos, baranqueros, soledades tucancitos esmeralda, pavas, torcazas, carpinteros, carriquíes, pinches, cucaracheros, golondrinas, búhos, águilas y gavilanes.
Existen en Colombia dos especies: la Agouti paca, que habita desde los bosques bajos hasta los 3.000 m.s.n.m.; la Agouti taczanowskii, que habita en los bosques altoandinos. Son nocturnas y terrestres; escarban la hojarasca en busca de frutos que caen de los árboles, semillas y tubérculos; también se alimentan de tallos y brotes tiernos, dispersando muchas semillas en el bosque y ayudando a remover la materia orgánica del suelo. Sirven de alimento a los grandes carnívoros. Se consideran especies amenazadas, debido a que son muy perseguidas por su carne.
En Colombia se han reportado tres especies: el cusumbo de tierra fría (Nasuella olivacea), el cusumbo solino o norteño (Nasua narica) y el cusumbo (Nasua nasua). Se encuentran hasta los 3.000 m.s.n.m., están ausentes en la región de Santa Marta y gran parte del Caribe. Son omnívoros, se alimentan de frutas, pequeños vertebrados e invertebrados; ayudan a la aireación y descomposición de la materia orgánica. Son cazados por su carne, y comercio como mascotas.
Sólo existen en América. Colombia es el país más rico del mundo en colibríes, con 143 especies. Dentro de este grupo se encuentra el ave más pequeña del mundo. Con su aguzado pico se alimentan del néctar de las flores, pero también consumen gran cantidad de insectos. Construyen nidos muy elaborados con material vegetal y los recubren con musgos y líquenes. Pueden mover las alas 80 veces por segundo y rotarlas 180 grados, lo que les permite volar suspendidos, adelante, atrás y cambiar de dirección rápidamente.
En Colombia se han reportado siete especies; vive entre los 1.200 y 2.800 metros sobre el nivel del mar. Generalmente viven en parejas o en grupos que realizan la crianza de los pichones en forma comunitaria. No se reproduce en cautiverio. Se alimenta de insectos, frutos, huevos y en algunas ocasiones, de polluelos.
Declarada árbol nacional de Colombia en 1985. Está en la Cordillera Central, entre los 1.900 y 3.100 metros sobre el nivel del mar. Puede medir hasta 60 mt. de alto. Llamada así porque guarda en sus anillos una resina o cera que antes se usaba para fabricar velas. Su madera es resistente a la humedad y se emplea para la construcción. Sus frutos sirven de alimento a la fauna silvestre. Amenazada por la destrucción de los bosques de niebla y porque algunas personas emplean los cogollos para la procesión del Domingo de Ramos en Semana Santa.
Es una especie muy amenazada, alcanza 30 m de altura. El tronco es de color oscuro. Crece entre 1.600 y 2.500 metros sobre el nivel del mar. Es utilizado en la fabricación de artesanías, en la carpintería y en construcciones. También se usa en la medicina tradiconal y la corteza posee sustancias químicas (taninos) úitles para curtir cueros.
Crece entre los 1.700 y 2.400 metros sobre el nivel del mar en tierras templadas y moderadamente frías. Su madera se emplea para vigas, interiores y escaleras. En Colombia hay 30 especies de Magnolios nativos, todos en peligro de extinción.
Los helechos arborescentes son componentes de estos bosques. Se caracterizan por tener tallos de varios metros de altura y hojas muy grandes. Se encuentran desde pocos metros sobre el nivel del mar hasta los 4.000 m de altura. Los rizomas son empleados en el cultivo de plantas ornamentales como orquídeas, helechos cuernos y anturios; la sobreexplotación en algunas zonas pone estas especies en peligro.
En las altas montañas tropicales, entre los 2.000 y 3.000 metros sobre el nivel del mar, se encuentran los bosques de niebla. La niebla o neblina proviene del vapor de agua que asciende de los valles hasta las zonas frías, donde se condensa en forma de agua, fenómeno que también se conoce como ‘lluvia horizontal’.
La neblina, que parece una nube lechosa, cubre con su manto los suelos, los musgos, las hojas y las ramas de las plantas y humedece todo lo que toca. Las diminutas gotas de agua que forman la neblina resbalan por el follaje y los troncos de los árboles para caer al suelo en forma de gotas más grandes; el agua es absorbida por los musgos, las epífitas, la hojarasca y el capote, que funcionan como esponjas, para luego escurrirse lentamente por la intrincada red que forman las raíces del bosque. El agua se libera poco a poco en pequeños hilos líquidos que van creciendo y juntándose hasta formar arroyos, quebradas y ríos. Por esto se dice que el bosque de niebla y los páramos son unas grandes fábricas de agua.
Los arroyos, quebradas y ríos que nacen en los bosques de niebla y en los páramos abastecen de agua inmensas extensiones del territorio colombiano y benefician las parcelas campesinas, las fincas, los acueductos de pueblos y ciudades y las represas que alimentan las hidroeléctricas.
Los bosques de niebla son el reino de las plantas epífitas, una extraordinaria variedad de musgos, orquídeas, bromelias y aráceas. La humedad del ambiente también favorece el crecimiento de hepáticas, hongos, helechos y selaginellas, formando hermosos tapices cargados de agua.
Epífitas, musgos (Sphagnum spp .), hepáticas, líquenes, orquídeas, bromelias, aráceas, hongos, helechos, selaginellas, helecho zarro, roble, sietecueros, cedro de altura, cedro negro.
Oso andino o de anteojos, perro de monte, cusumbos, loro orejiamarillo, paujil copete de piedra, tucán azul, tucaneta esmeralda, compás, colibríes.
Es el único oso de Suramérica. Su nombre se debe a las manchas en forma de anteojos alrededor de sus ojos. Habita en los bosques altoandinos y los páramos. Es de hábitos diurnos. Aunque es omnívoro, se alimenta principalmente de retoños, frutos, frailejones y pequeños vertebrados; su alimento preferido es la parte carnosa de las bromelias. La destrucción de su hábitat y la cacería a que es sujeto, para extraerle la grasa corporal, la piel y la vesícula biliar, han reducido las poblaciones naturales y está considerado como especie amenazada de extinción.
Es arborícola y tiene cola prensil. Es omnívoro, consume frutas, hojas, flores, pequeños vertebrados e invertebrados y néctar de flores. Ayuda a dispersar semillas y a controlar algunos animales de los cuales se alimenta. Está amenazado por la cacería, para el consumo de la carne y el comercio de mascotas.
Especie propia de los bosques altoandinos; tiene una estrecha relación con la palma de cera, que le sirve de alimento, lugar de anidación y de descanso. Se alimenta de los frutos de la palma de cera (Ceroxylon spp.), gavilán (Citharexylon subflavescens), mantequillo (Sapium utile), dulumoco (Saurauia spp.), guásimo (Cordia barbata), drago (Croton magdalenensis), entre otras. Es una especie muy amenazada por la destrucción de su hábitat y el tráfico de fauna silvestre, y en la actualidad se encuentran poblaciones muy reducidas. No sobreviven en cautiverio.
Esta ave es terrestre, pero anida y duerme en las ramas bajas de los árboles. Se distingue de las otras especies de paujiles por llevar una carnosidad encima del pico, en forma de breva. Está amenazado por la destrucción del hábitat y la cacería como fuente de alimento.
Es una especie típica de los bosques andinos, entre 1.800 y 3.200 m.s.n.m. La madera es dura y pesada y se emplea en construcción, ebanistería, leña, carbón vegetal y para la obtención de taninos de su corteza, para curtir pieles. Con frecuencia se encuentran formando parches o robledales, donde predomina esta especie. Las semillas son alimento de la fauna.
Representan algunos de los árboles más vistosos y reconocidos de zonas frías. Su floración de gran belleza permite emplearlos
como árboles ornamentales.
Entre la variedad de musgos de los bosques de niebla y de los páramos, encontramos colchones verdes, blancos y rojos de Sphagmun spp.; este musgo es el ser vivo del planeta que tiene mayor capacidad de almacenar agua y retiene muchas veces su peso seco; tiene también propiedades desinfectantes.
Crece entre los 1.700 y 3.000 metros sobre el nivel del mar La madera es liviana y se emplea en ebanistería, construcción de navíos y viviendas, postes para cercas, cajas, chapas y madera laminada. La semilla se demora 16 días para germinar.
Los páramos se encuentran ubicados entre los bosques de niebla y los nevados, entre los 3.000 y 4.000 metros sobre el nivel del mar, y tienen una temperatura media entre 6 y 12 °C. El clima de los páramos se caracteriza por las bajas temperaturas, los vientos fríos y las lloviznas frecuentes. En las noches hace tanto frío, que a menudo la vegetación y los suelos amanecen cubiertos de escarcha; durante el día, cuando el cielo está despejado, el sol es brillante e intenso y puede hacer calor.
En los páramos la vegetación es escasa, dispersa y no hay mucha variedad de especies. Abundan los pastizales, los musgos, los líquenes, las puyas (bromelias), los licopodios, los helechos, los árboles enanos, y los frailejones con hojas peludas en forma de roseta y grandes flores amarillas, que son la imagen característica de los páramos. En las partes planas, se forman con frecuencia pantanos y lagunas, conocidos como ‘pantanos andabobos’ o ‘esfangales’. Los musgos actúan como esponjas guardando enormes cantidades de agua, y la liberan poco a poco, para alimentar fuentes de agua, pantanos y lagunas. Los páramos, al igual que los bosques de niebla, son fábricas de agua y escenarios de gran belleza. El agua se va acumulando en las grietas, formando pequeñas caídas, arroyos, riachuelos y quebradas; en las pendientes rocosas se forman cascadas.
En los páramos vive el gran cóndor de los Andes. También viven allí, o suben a buscar alimento, el oso andino u oso de anteojos, la danta de alta montaña o danta de páramo, el venado de páramo, el puma, los cusumbos, los conejos, las aves, los ratones, los lagartos, las mariposas, los escarabajos y el sapo de páramo.
Danta de páramo, puma, cóndor, águila real, osode anteojos, venado, conejo, guagua loba, tatabra, cusumbo, pava de monte, rana de cristal, víbora, tigrillo, perro de monte, ratones, lagartos.
Pastizales, musgos, bromelias, líquenes, frailejones, licopodios, colorado, mortiño, helechos arbóreos, palmas de cera (Euterpe sp.), chite.
En Colombia hay dos especies. Son exclusivamente vegetarianos. Consumen pastos y hojas. Construyen madrigueras bajo la tierra. Están sometidos a cacería, para el consumo de su carne y como mascotas.
Es el ave voladora más grande del mundo, con un peso de hasta 12 kilos y una envergadura de 3 metros; vuela a grandes alturas con una habilidad sorprendente, planeando en las corrientes de aire caliente. Habita zonas de alta montaña, con presencia de rocas; de vista muy aguda; se alimenta de carroña (animales muertos). Puede vivir hasta 60 años. Se considera en peligro de extinción por la destrucción de su hábitat.
Estas plantas, llamativas por la forma como se concentran las hojas en rosetas, el color casi blanco de las mismas y la pubescencia que las recubre, están siendo destruidas por la destinación de estas tierras a la siembra de papa, con graves repercusiones ecológicas.