Los vertebrados se caracterizan por tener un esqueleto interno formado por huesos o por cartílagos y porque poseen un cordón nervioso llamado médula espinal. Están divididos en varias clases: reptiles, anfibios, aves, peces y mamíferos. En Colombia hay 2.890 especies de vertebrados terrestres, más que en cualquier otro país del mundo.
Al grupo de los reptiles pertenecen las serpientes, las tortugas, los lagartos, las babillas y los cocodrilos. Todos ellos se caracterizan por tener el cuerpo cubierto por escamas. Los reptiles habitan en casi todos los lugares del planeta, incluyendo los océanos, y son muy abundantes y diversos en los trópicos y en los desiertos. Se pueden encontrar reptiles en muchos hábitats diferentes, desde el fondo de los estanques y los lagos, hasta en las copas de árboles de gran altura.
Los reptiles, al igual que los anfibios, los peces y los insectos, son animales de sangre fría, pues carecen de órganos o mecanismos internos que les ayuden a mantener o a regular la temperatura de sus cuerpos; si están demasiados fríos, se vuelven muy lentos, y si tienen demasiado calor, pueden secarse y morir. Por esto, cuando hace frío, los reptiles buscan el calor asoleándose sobre troncos y piedras o en las playas, y cuando hace calor, se esconden a la sombra o se entierran en el fango o en la arena. Los mamíferos y las aves, por el contrario, son animales de sangre caliente y pueden mantener constante la temperatura interna de sus cuerpos, no importa si hace frío o calor en el ambiente.
En Colombia existen 286 especies de serpientes, pero sólo 47 de ellas son venenosas, entre las que se cuentan 30 corales y 17 víboras; las 239 restantes pueden considerarse inofensivas.
Todas las serpientes son carnívoras; dependiendo de la especie, se alimentan de insectos y pequeños invertebrados, de ranas, de pichones, de aves, de otras serpientes y de mamíferos de diferente tamaño. La mayoría de ellas no son venenosas, pero pueden ser peligrosas, como las boas que pueden atrapar grandes mamíferos, incluso hombres, para luego asfixiarlos y tragarlos. A lo largo de su vida, todas las serpientes mudan de piel, varias de ellas muchas veces, incluyendo la cubierta que les protege los ojos. Las especies venenosas, como la mapaná, el verrugoso, la cobra y la cascabel, tienen dos colmillos en la parte delantera de la mandíbula superior que, al morder, inyectan el veneno que se almacena en dos glándulas situadas a ambos lados de la cabeza. Estos colmillos, al igual que los demás dientes que poseen, son reemplazados periódicamente. Ninguna serpiente venenosa tiene un aguijón en la cola.
Desde niños se nos ha infundido el miedo a las serpientes y a menudo se las mata sin ninguna consideración, pero la mayoría no son peligrosas, atacan sólo para cazar a las presas que se van a comer o para defenderse cuando se sienten amenazadas; y, contrario a lo que podamos pensar, ellas son muy importantes, porque ayudan a mantener el equilibrio en sus hábitats, pues controlan las poblaciones de los animales de los cuales se alimentan, como insectos, ratas, ratones y otras culebras venenosas.
Todas las tortugas tienen una caparazón que protege sus cuerpos, la cual consta de dos partes: el espaldar, que cubre la espalda, y el peto o plastrón, que cubre el vientre; ambas partes están unidas a cada lado por un puente óseo.
En el mundo se han descrito hasta el momento 270 especies de tortugas, las cuales pueden encontrarse en una gran variedad de hábitats. En términos generales, las tortugas se pueden dividir en dos grandes grupos: las que están adaptadas a vivir en la tierra, como la Morrocoy, y las que viven en el agua, como las Icoteas; estas últimas tienen unas especies de aletas en vez de patas. Ambos grupos se alimentan de vegetales e invertebrados, pero las especies terrestres complementan su dieta con raíces, frutos, flores y carroña; las acuáticas comen peces.
Las tortugas son ovíparas y entierran los huevos en nidos que construyen, generalmente en las playas de los ríos y de los mares. Muchas tortugas marinas pasan casi toda su vida en el mar, sólo las hembras salen a la playa para desovar, y después de enterrar sus huevos en la arena, regresan al mar. El calor del sol calienta los huevos y, al cabo de unos días, las pequeñas tortugas rompen el huevo, excavan en la arena para salir, y rápidamente se dirigen al mar, pero muy pocas alcanzan el agua, porque son devoradas por aves, cangrejos y mamíferos, entre otros.
Las tortugas mantienen el equilibrio natural de los ecosistemas donde habitan y sirven de alimento a otros animales.
Muchas especies de tortugas, incluyendo todas las especies marinas, están en peligro de extinción por la destrucción y contaminación de su hábitat y porque el hombre las caza y las pesca, ya que aprecia su carne, sus huevos y su caparazón, y también trafica con ellas para venderlas como mascotas.
Existen en el planeta unas 3.000 especies de lagartos, y en Colombia se han reportado 210 de ellas. Entre los lagartos se cuentan las iguanas, los camaleones, los gecos, las lagartijas y los lagartos típicos.
Las lagartijas, por ejemplo, pueden trepar por las paredes sin caerse porque tienen bajo los dedos de sus patas unos discos adhesivos que les permiten desplazarse por superficies verticales.
Algunos lagartos se alimentan de insectos y otros de vegetales. Las iguanas son diurnas, ovíparas, se alimentan de vegetales, hojas, flores, frutos y consumen también invertebrados, pichones, pequeños mamíferos y carroña. A su vez, ellas sirven de alimento a gran cantidad de carnívoros como peces, tortugas, caimanes, nutrias, jaguares y tigrillos.
En Colombia existen dos especies de cocodrilos y siete especies de babillas; viven cerca de ciénagas, caños y ríos. Estos animales son exclusivamente carnívoros, se alimentan de peces, aves, anfibios, mamíferos y también consumen carroña. En ocasiones, pueden llegar a vivir más de 100 años.
El cocodrilo más grande, de aguas saladas, alcanza a medir casi ocho metros.
Pertenecen a este grupo ranas, sapos, salamandras y cecilias. Colombia posee el mayor número de anfibios en el mundo con 700 especies aproximadamente reportadas hasta el momento, de las cuales 367 son endémicas, es decir, que sólo existen en nuestro país; con frecuencia se reportan especies nuevas.
Los anfibios pueden vivir tanto en el agua como en la tierra. No viven en el mar. Mudan de piel y son de sangre fría. Algunos adultos respiran por la boca y los pulmones, pero la mayoría lo hacen a través de la piel; por esta razón, deben permanecer húmedos y viven cerca de las fuentes de agua.
Ranas y sapos sufren metamorfosis. Los renacuajos se alimentan de algas; las ranas y sapos adultos, con su lengua larga y pegajosa, se alimentan de insectos que en ocasiones pueden causar daños graves a la agricultura o transmitirle enfermedades a los seres humanos, porque algunos insectos son portadores de parásitos que producen el dengue, el paludismo y la fiebre amarilla; por eso se dice que las ranas y los sapos son muy importantes como control biológico.
Los sapos se diferencian de las ranas en que generalmente su piel es más seca y con frecuencia está cubierta de verrugas; además, la mayoría de ellos pasa mucha parte de su vida en la tierra.
Las ranas son indicadores del estado de conservación de los ecosistemas y del grado de contaminación, ya que sus pieles son muy sensibles a la polución y radiación. También son importantes porque algunas especies producen sustancias antibióticas y anestésicas de interés para la elaboración de medicinas. Muchas especies de ranas son endémicas de Colombia. Actualmente hay más de 50 especies de ranas amenazadas por la destrucción, la contaminación, el deterioro de su hábitat y el comercio ilegal.
Hay más de 20.000 especies de peces en los océanos, lagos y ríos de nuestro planeta. Colombia es el segundo país del mundo en variedad de peces de agua dulce, con cerca de 3.000 especies reportadas hasta el momento. Aunque aún se desconocen muchos aspectos de los ecosistemas marinos en Colombia, el país posee una gran variedad de especies en el mar Caribe y en el océano Pacífico.
Los peces viven en las cálidas aguas de las regiones tropicales y en las frías aguas de los mares polares. Los peces presentan una gran diversidad de tamaños, formas, diseños y colores, desde los pequeños gupis, hasta los grandes tiburones.
La mayoría de los peces tienen un esqueleto formado por huesos, aunque los tiburones y las rayas poseen un esqueleto cartilaginoso. Casi todos tienen el cuerpo cubierto por escamas y aletas para poder nadar. Hay peces ovíparos y otros ovovivíparos, lo cual significa que todos se reproducen por medio de huevos.
Los peces necesitan oxígeno para vivir y lo extraen del agua. Los peces respiran de la siguiente forma: el agua entra por sus bocas y pasa luego por las branquias que están dentro de la boca, donde el oxígeno es atrapado por los vasos sanguíneos; luego el agua sale de nuevo por las agallas.
Hay peces que viven solitarios y otros forman grupos de muchos individuos que se conocen con el nombre de cardúmenes. Algunos se alimentan de algas y plantas acuáticas, otros son omnívoros, muchos son carnívoros y se alimentan de gran variedad de animales: insectos, crustáceos, otros peces, etc.
Las aves son los únicos animales que tienen el cuerpo cubierto de plumas. Las plumas les sirven para volar y para evitar la pérdida de agua y de calor. Las aves tienen alas, como extremidades anteriores, y el interior de algunos huesos del esqueleto es esponjoso, casi hueco, lo que las hace livianas y las ayuda a volar; además, tienen los músculos del pecho muy desarrollados para permitir el movimiento continuo de las alas.
Colombia ocupa el primer lugar en el mundo, con 1.870 especies de aves descritas hasta el momento, y con frecuencia hay reportes nuevos. Cada especie posee diferencias marcadas con las otras, en cuanto a la forma del cuerpo, el tamaño, el color del plumaje, la forma del pico, de las alas y de las patas, los hábitos alimenticios, el tipo de vuelo, la forma de construir el nido, el canto, etc. Las aves cumplen funciones muy diversas e importantes en los ecosistemas que habitan: son excelentes dispersoras de semillas y grandes polinizadoras, hacen parte de las cadenas alimenticias y a su vez actúan como control biológico de insectos, invertebrados, anfibios, reptiles y pequeños roedores: las aves carroñeras, además, se alimentan de animales muertos. Muchas aves nos sirven de alimento (gallinas, patos, piscos, pavos) y otras nos alegran la vida con sus hermosos cantos y bellos colores.
Las aves tienen tres clases de plumas: el plumón, que es esponjoso y les sirve para mantener el calor; las plumas cortas y fuertes, que las mantienen secas; y las plumas largas, que les ayudan al vuelo. Las aves dedican gran parte del tiempo a asearse y acicalarse las plumas con el pico, para mantenerlas en buenas condiciones. Cada pluma está compuesta por barbillas y éstas, a su vez, están formadas por barbicelas que encajan unas con otras. Las barbillas están recubiertas por una sustancia aceitosa que las protege del agua.
Muchas especies de aves son migratorias, pues viven la mayor parte del tiempo en países en donde hay estaciones, y cuando llega el invierno, emigran hacia el trópico en busca de sitios más cálidos donde encuentran abrigo y alimentos. A Colombia llegan todos los años alrededor de 180 especies de aves migratorias y permanecen en diversos lugares del país durante varios meses, antes de emprender el viaje de regreso a sus sitios de origen. Entre éstas se encuentran varias especies de patos, águilas, chorlos, gaviotas, atrapamoscas, golondrinas y reinitas.
Los mamíferos se caracterizan porque las hembras tienen glándulas mamarias y alimentan a sus crías con la leche que estas producen. La mayoría de los mamíferos tiene el cuerpo cubierto de pelos para protegerse del frío, con excepción de algunos que viven en el agua, como las ballenas, los delfines y el manatí, y otros terrestres, como el erizo, el gurre y el pangolín, entre otros. Todos los mamíferos tienen sangre caliente y su temperatura se mantiene constante, lo que les permite mantenerse activos en zonas frías. Algunos son domésticos, como la vaca, el perro, el caballo, el gato, la oveja, y la cabra, y la gran mayoría son silvestres, como las ardillas, los perros de monte, los micos, los osos perezosos, los tigres, los elefantes, los osos, etc.
Los mamíferos viven en toda clase de ambientes: hay mamíferos acuáticos, como delfines, ballenas, cachalotes y manatíes; otros, como nutrias, focas, morsas, castores, hipopótamos y ornitorrincos, viven cerca de las fuentes de agua y pasan gran parte del tiempo en ella; la gran mayoría de ellos son terrestres, como lobos, zorros, leones, jirafas, camellos, cebras, antílopes, cusumbos y ratas; y los murciélagos son los únicos mamíferos voladores. Todas las especies tienen comportamientos diferentes y sorprendentes.
Sus hábitos alimenticios son muy variados: algunos, como los venados, las dantas, los conejos y los manatíes, son herbívoros; muchos, como las ardillas, los perros de monte, los ratones, los cerdos y las chuchas, son omnívoros; y otros son carnívoros, como jaguares, pumas, tigrillos, lobos y mapaches.
Los zoólogos, que son las personas que estudian el reino animal, para facilitar sus investigaciones, los han dividido en varios órdenes: Rodentia (roedores), Primates (simios, micos orangutanes, etc.), Carnívora (que se alimentan de carne), Insectívora (que se alimentan de insectos), entre muchos otros.