Los indígenas de América llaman Pacha Mama a la Madre Tierra que en unión amorosa con el Sol, en ciclos de inviernos y veranos, nos da el alimento, el agua y las condiciones necesarias para mantener la vida.
El planeta es un organismo vivo: los bosques son su piel, los suelos su carne, las montañas sus huesos, los ríos su sangre, los pájaros su alegría y nosotros, la gente, somos a la vez su corazón, sus ojos y sus pensamientos. Al igual que nuestro cuerpo, la Tierra trata de conservar un equilibrio constante que equivale a una buena salud.
En el concepto GAIA, la ciencia ha demostrado que en nuestro mundo todo está interrelacionado en una compleja red de vida, en la cual nosotros, la gente, somos fundamentales. Tenemos la capacidad de crear, de desarrollar tecnologías limpias y de trabajar con amor para garantizar la vida de las generaciones presentes y futuras.
Está en nuestras manos el destino del planeta. Lo que le suceda a él, bueno o malo, también nos sucederá a nosotros. De ahí la importancia de valorarlo, cuidarlo y recibir de él lo mejor sin deteriorarlo.