La piel es el órgano más grande del cuerpo y le sirve como pantalla para cubrirlo y protegerlo manteniendo estable la temperatura. A través del sentido del tacto, la piel puede diferenciar entre la suavidad de una caricia y una amenaza de peligro. Su extrema sensibilidad y su constante exposición al mundo exterior hacen que reaccione ante todo agente extraño. Por eso pica, se irrita y se brota.
Existen técnicas muy sencillas para mejorar la salud de la piel de la cara y hacer tratamientos para la piel grasa, la resequedad, el acné, las manchas, las cicatrices y para limpiarla de impurezas.
Para obtener una base de mascarilla, vierta en la licuadora los cristales de media hoja de penca sábila y tres cucharadas avena en polvo.
Agregue, según el caso:
Para las manchas: medio pocillo de café colado bien espeso.
Para cicatrizar: medio pocillo de agua de caléndula.
Para limpiar y secar el acné: medio pocillo de agua de llantén o diente de león.
Para nutrir: medio pocillo de papaya o mango maduro. Aplique y deje actuar por 20 minutos. Luego retire con agua.
Este tipo de piel tiene un aspecto brillante y graso, aun después de lavarla, y es propensa a tener poros dilatados, puntos negros y acné. Es recomendable hacerse algún tipo de mascarilla para mantenerla sana.
Aplique varias rodajas de un tomate mediano sobre el rostro, retire a los 15 minutos y lave con agua fresca.
Hierva una papa, aplástela con un tenedor y agregue el jugo de un tomate.
Esparza en la cara y deje secar. Retire a los 15 minutos y lave con agua fresca.
Este tipo de piel es grasosa en el mentón, la nariz y la frente (la llamada la zona T del rostro) y seca en las otras partes de la cara. Requiere un tipo especial de mascarilla.
Aplaste un aguacate y mezcle con la clara de un huevo batida a punto de nieve hasta lograr una masa consistente.
Luego agregue una cucharada de zumo de limón y mezcle bien.
Aplique y deje actuar por 20 minutos. Luego retire la mezcla con agua tibia.
La piel seca tiene una tonalidad mate, un aspecto apagado y gris, y es muy propensa a arrugarse y mancharse con facilidad. Las mascarillas apropiadas humectan la piel y la conservan saludable.
Pele un banano pequeño muy maduro y machaque hasta formar una masa.
Añada una cucharadita de miel y una cucharada de harina de avena.
Mezcle con un tenedor hasta formar una pasta homogénea y aplique sobre la piel formando círculos.
Deje actuar durante 15 minutos. Retire con agua tibia.
Aplaste con un tenedor un puñado de estos frutos hasta lograr una masa consistente.
Mezcle con tres cucharadas de avena y tres cucharadas de leche entera o yogurt.
Aplique sobre el rostro y retire después de 15 minutos.
El sol, el viento y los cambios de clima resecan los labios. Para protegerlos e hidratarlos se recomienda usar una crema.
Disuelva a fuego lento una barrita de manteca de cacao y agregue una cucharadita de miel de abeja y unas gotas de extracto de pétalos de caléndula.
Vierta la mezcla en un frasco pequeño y deje enfriar.
Unte el dedo con la crema y pase sobre los labios.