No ocurre de un día para otro: los ovarios se van apagando de a poquitos hasta que dejan de funcionar del todo. Generalmente, el primer síntoma que aparece, unos años antes de la menopausia (perimenopausia), es la irregularidad menstrual, con ciclos más cortos y mayor sangrado. Luego vienen cambios en el cuerpo:
· Sofocos, sudores nocturnos, fatiga, ganancia de peso, resequedad en piel y mucosas (especialmente en los genitales).
· Episodios de tristeza, angustia, llanto fácil, ofuscación y dificultad para mantener la concentración.
· Es el momento de mantener los buenos hábitos que teníamos y cambiar los malos: dejar de fumar, comer de forma más saludable, empezar o incrementar el ejercicio.
· Ir al médico para una revisión general.
· Para los sofocos, evitemos comida picante y el exceso de café.
· En el caso de que los síntomas sean muy fuertes, el médico puede mandarnos suplementos hormonales, pero siempre bajo vigilancia estricta porque pueden aumentar riesgos de enfermedades.
· Es muy sano que tomemos alimentos ricos en calcio como lácteos, coles, aguacate, hígado y huevos; además, que tomemos el sol diariamente, ya que nos da vitamina D.
· Los suplementos naturales pueden ser útiles: hay alimentos que tienen sustancias parecidas a las hormonas femeninas; sin embargo, siempre debemos consultar al médico antes de usarlas. Algunos de los remedios naturales más utilizados son: infusión de curíbano (ver cómo hacerla en el libro Los secretos de las plantas, página 153), infusión de hojas de brevo, semillas de linaza molidas, semillas de ajonjolí y frijoles.
Cuando haya síntomas molestos; el doctor puede prescribirnos un tratamiento personalizado.
Imposible porque es un proceso natural. Pero sí podemos llegar lo más fuertes y sanas a esa etapa para enfrentarla con más facilidad.
La menopausia no es
una enfermedad y forma
parte de la vida normal
de las mujeres.
· Los huesos se nos pueden debilitar después de la menopausia; por eso, ingiramos suficiente calcio y vitamina D.
· La vitamina D la tomamos del sol. Recibir unos diez minutos diarios de sol a las 10:00 de la mañana nos ayuda a mantener los niveles adecuados de esta vitamina.
· Otras claves: mantenernos activas, no fumar y reducir el consumo de bebidas alcohólicas.