En general cualquier cocina suele tener unos remedios muy valiosos. Sal, pimienta, limón, miel y ajo son remedios excelentes que alivian numerosas dolencias.
Sal
Una solución bien diluida, cuyo sabor no sea más fuerte que el de las lágrimas, sirve para limpiar heridas, hacer gárgaras y para despejar la nariz de bebes y niños.
Sirve para lavar los ojos y como laxante.
Los baños de agua con sal sirven para aliviar el entumecimiento y ayudan a desinflamar. Pimienta, ají y pimentón
Jugo de limón
Es el remedio ideal contra la gripa. Tome en abundancia una mezcla de limón y agua caliente con una pizca de pimienta y una cucharada de miel cuando aparezcan los primeros síntomas.
El jugo de limón con agua alivia la fiebre y ayuda a combatir la cistitis.
Frotar la corteza del limón sobre la piel ayuda a aliviar las infecciones causadas por hongos o picaduras.
Para combatir las infecciones de gar- ganta, haga gargarismos de limón disuelto en agua.
Miel
Excelente remedio para la tos. Untar sobre una piel seca e irritada para aliviar y sanar las heridas.
El ajo y la cebolla
Sirve para aliviar la tos y la inflamación de los bronquios.
Sirve como antiparasitario.
Ayuda a bajar la fiebre cuando se pone en las plantas de los pies.