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Sindey Carolina Bernal

Sindey Carolina Bernal

Crear para ayudar

(Bogotá, 1985)

“A todos mis estudiantes los quiero con todo el corazón y les doy gracias porque por ellos sigo creciendo como persona”.

Hay personas que parecen impulsadas por fuerzas misteriosas. Estas fuerzas iluminan sus pasos y las llevan a transitar por caminos que marcan rumbos y transformaciones no solo para ellas mismas, sino para aquellos con quienes comparten la vida.

Este parece ser el caso de Sindey Carolina Bernal. Nació en 1985, en Bogotá, ciudad en la que cursó sus estudios de primaria y bachillerato y donde se graduó como mejor bachiller de su colegio, un colegio público. A pesar de que quería estudiar Artes Plásticas y soñaba con convertirse en artista, por esas cosas inesperadas de la vida tuvo la oportunidad de entrar a estudiar en la Universidad Pedagógica Nacional, una institución dedicada desde hace 100 años a la formación de maestros. Allí hizo la Licenciatura en Diseño Tecnológico, una carrera que busca combinar la pedagogía con los avances tecnológicos para desarrollar nuevas herramientas que faciliten los aprendizajes. Cursando esta licenciatura, Sindey encontró un propósito y un camino de vida.

En la Universidad Pedagógica hacen grandes esfuerzos para promover la inclusión de personas con diferentes discapacidades en sus procesos educativos para que desarrollen todo su potencial personal y académico, más allá de las dificultades que se les pueden presentar debido a sus condiciones físicas. Un día, Sindey se inscribió a una materia en la que tuvo la oportunidad de estudiar junto con un compañero sordo. Normalmente, en las clases, este compañero tenía un traductor que le ayudaba a comunicarse con los otros compañeros y con el maestro, pues ninguno conocía el lenguaje de señas colombiano. Pero un día el traductor no asistió y las dificultades para comunicarse y trabajar con él plantaron en Sindey una semilla, una curiosidad, una inquietud…, y esta semilla cayó en tierra fértil.

Algún tiempo después ella tuvo la tarea de pensar y desarrollar un proyecto de grado y las palabras de uno de sus maestros serían determinantes: “Sindey, no hagas una tesis solo por graduarte. Empieza a construir tu proyecto de vida en algo que te apasione”. Estas palabras no solo le ayudaron a decidir qué hacer con su proyecto, también le ayudaron a cambiar su vida, a encontrar un camino y, de alguna forma, cambiarían la vida de otras personas. Esas palabras fueron la chispa que encendió una llama.

Sindey empezó a estudiar el lenguaje de señas colombiano, pues había entendido que no todos somos iguales ni tenemos las mismas herramientas; se había dado cuenta de lo importante que puede ser entender a otro, estar en capacidad de ayudarlo a comunicarse en cualquier contexto cotidiano. Además, sabía que pronto ella misma iba a ser docente y no quería que la presencia en sus clases de un estudiante sordo la tomara desprevenida y sin las herramientas necesarias.

Combinando sus diferentes saberes, creó un sistema inteligente que reconoce la voz y la traduce al lenguaje de señas colombiano: ese fue su proyecto de grado y, de alguna manera, el punto de partida de muchos otros logros.

Sindey se desempeña como docente desde el año 2008, tanto en colegios como en universidades. Su entusiasmo, energía y talento han sido contagiosos: como docente de colegio público en su Bogotá natal, viene impulsando hace años un semillero de investigación tecnológica con sus estudiantes de grados superiores. Este semillero lleva su sello y su espíritu: jóvenes sensibles y comprometidos, asesorados por Sindey, han estado buscando soluciones tecnológicas que puedan facilitar la vida de personas que presentan diferentes discapacidades físicas. Todo empezó cuando sus estudiantes de grados superiores la vieron enseñándole el lenguaje de señas a un niño de primaria que estaba perdiendo la audición con ayuda del sistema que había creado para graduarse de la universidad. Los estudiantes le manifestaron su deseo de aprender, ellos también, esta forma de comunicación. Desde entonces, el proceso se ha tornado más y más interesante. Los estudiantes asumen roles y crean sus propios proyectos. Algunos hacen el diseño, otros la ingeniería o la programación. Pero no solo se trata de crear artefactos: lo más importante es que son tecnologías concebidas siempre para ayudar a los demás a superar sus dificultades y para facilitarles su inclusión en las dinámicas de la vida.

También como docente universitaria lidera procesos de investigación en los que la tecnología es vista como el camino para superar algunos de los obstáculos más difíciles con los que tropiezan las personas con discapacidades.

 

Sindey no ha parado de estudiar y aprender cosas nuevas, ni de crear herramientas que permitan a personas con discapacidades estudiar o vencer dificultades. Está convencida de que es necesario brindarles opciones, hacer de Colombia un país inclusivo, convertir esta en una sociedad justa que brinde a todos las mismas oportunidades. Para lograrlo es preciso ser innovador y al tiempo tener claro que formamos parte de un tejido social en el que todos estamos relacionados. “Crear para ayudar” es su lema y todo lo hace partiendo del amor, la pasión y los sueños.

Dentro de las soluciones que ha hallado Sindey con sus grupos de investigación y desarrollo tecnológico hay inventos muy variados, que apuntan a poblaciones diferentes: desde un programa que lee ondas cerebrales para escribir, pasando por el diseño de estrategias para la creación de aulas virtuales, la creación de cuentos con realidad aumentada que pueden ser disfrutados por personas sordas o ciegas, teclados braille para invidentes y bastones o gafas con sonidos que ayudan a detectar obstáculos. Todo esto en un ambiente cooperativo, donde unos apoyan a otros, donde el trabajo en equipo permite y potencializa el crecimiento personal.

Sindey realizó una maestría sobre cómo aplicar las tecnologías a la educación y un doctorado en Educación Inclusiva con la Universidad de California, Estados Unidos. Es una mujer sumamente preparada desde el punto de vista académico y muy comprometida con su labor desde el punto de vista social.

En el año 2020, su nombre estuvo en la selección de 50 nominados al Premio al Maestro Global 2020, considerado por muchos el Premio Nobel de la Educación. También fue ganadora de la categoría Estrella Naciente en el Premio Globant: mujeres que construyen. Estos son solo algunos de sus logros. Seguramente el futuro le deparará varios más y cada uno de ellos beneficiará a muchas personas.

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