Nos sentimos alcanzados, como que el aire que llega a los pulmones no es suficiente, tos crónica que no disminuye, fatiga y dificultad para hacer esfuerzos. A veces sentimos silbidos al respirar.
Lo más importante es alejarnos del humo y de las sustancias que puedan dañar más el pulmón. Asimismo, debemos seguir las instrucciones del doctor y tomar los medicamentos que nos mande, porque esta enfermedad, aunque no es curable, se puede controlar. Por lo tanto, en caso de padecerla, vale la pena que le prestemos atención y sigamos juiciosamente el tratamiento para llevar una buena calidad de vida.
Ante sospecha de tener algún daño en los pulmones, porque nos alcanzamos más de la cuenta, se nos ponen los labios morados o tenemos una tos que no disminuye, es importante que le consultemos al doctor para que nos prescriba exámenes y tratamiento.
Cuando tenemos EPOC y nos da fiebre o empeoran la tos y los síntomas, tenemos que consultar inmediatamente porque las gripas e infecciones son más delicadas en pacientes que ya tienen los pulmones frágiles.